por Begoña Arguedas Martínez
Tío, sólo quiero decirte GRACIAS. Gracias porque siempre has estado ahí. Tanto a mi hermano como a mí, nos has querido y tratado como un padre.
¡Qué importante es para un niño un padre! Nosotros pudimos disfrutar muy poco tiempo de él, aunque el amor que nos transmitió fue tan intenso que yo jamás lo he olvidado. El que mi padre se fuese tan pronto fue un golpe muy duro para una madre tan joven y con dos niños pequeños.
Sin embargo, ante tal adversidad, ahí aparecisteis vosotros dos e hicisteis que las cosas, aunque duras, fueran más fáciles para nosotros tres. A mi hermano, aunque era muy chiquitín, sin que nadie os pidiese nada, os lo llevasteis una temporada con vosotros. Yo sé también que él os quiere de una forma especial.
Y yo, ¿cómo podría olvidar los veranos que desde pequeñita he pasado con vosotros en Trévago?
Tío, ¿cómo olvidar cuando me operaron de las cuerdas vocales y tú, dejándolo todo viniste a la operación? Has estado en momentos muy importantes de mi vida.
Sé cuánto te alegraste cuando terminé la carrera y encontré mi primer trabajo. Sé que, incluso en la cartera, llevas mi primer carnet de conducir.
Has sufrido conmigo cuando me surgía cualquier problema, y te has alegrado cuando las cosas me han ido bien.
Hay muchas cosas que no puedo ni debo olvidar.
Tío, jamás me has levantado la voz, ni has tenido un mal gesto, ni una mala palabra.
En el trabajo, también eres un ejemplo a seguir. Nadie pone en duda que siempre has sido trabajador, responsable e incansable.
Si me dijesen que te definiese con una sola palabra, escogería BUENO. Verdaderamente eres una buena persona.
Tío, muchas felicidades por este día tan especial, en el que estás rodeado, aunque no de todos los que te gustaría, sí de una parte de ellos. La verdad, que llegar a los 90 años tal y como tú estás, es para celebrarlo y dar gracias. Yo, también las doy.
Tío, te quiero y siempre te querré.
No quiero acabar sin felicitar también a una persona muy especial para mí y que también hoy, 16 de julio, es su cumpleaños. Carlos, muchas felicidades y gracias por haberme acompañado durante estos 8 años. Has estado apoyándome tanto en los momentos buenos como en los que no lo han sido tanto. Carlos, te quiero.
Así mismo, doy gracias porque mi tío Manolo va recuperándose y lo tenemos entre nosotros.
Y un recuerdo especial para los que hoy no están aquí físicamente presentes, pero sin embargo lo están en nuestro corazón.
GRACIAS A TODOS LOS QUE HOY ESTÁIS AQUÍ ACOMPAÑANDO AL TÍO.
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