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Memorias de Trébago



por Mª Luz Olmo Mazo



Desde que visité por vez primera el pueblo de mi padre, Barahona, y su capital, Soria -tenía 9 años- quedé prendada de esa tierra. Tal vez sea que por mis venas corre sangre castellana, el caso es que me siento fascinada por sus gentes, su cultura, sus monumentos, por todo, y por eso, en el año 2005, junto con mis hijas y nietas, así como mi madre, oriunda de Santa Cruz de Yanguas, visitamos la Casa rural de Trébago. Yo había oído a mi abuela Bárbara citar muchas veces el nombre de vuestro pueblo, y tal vez el eco de sus palabras hizo que nos dirigiéramos hacia allí.

Nuestras perspectivas no se vieron defraudadas. No voy a hacer una lista de lo fantástico que encontramos todo. Citaré sólo que mis nietas, de 7 y 4 años, decían: "Qué bonito es Trébago, nos gustaría quedarnos para siempre".



Sobran comentarios, dado que a su tierna edad ya conocen lugares bellos de España, pero como decían: "Trébago es fantástico, es único".

Pensamos volver a visitar la parte sur de Soria, no sé si con la bisabuela, que ya ha cumplido 100 años, pero en nuestro ánimo está el volver a sentir y experimentar felices momentos ya antes conocidos.

Felicidades por ser como sois, y hasta la vista.

P.D.: Os mando la poesía que D. José Sotillos, párroco de San Francisco, en Soria, dedicó a la mamá, recreando toda su vida en versos, a mi modo de ver muy emocionantes. También os envío una foto de la familia en la puerta de la Casa rural, recuerdo de nuestra estancia en Trébago, y una de la centenaria Quintina Mazo García, el día de su 100 cumpleaños.


En el Centenario de
QUINTINA MAZO GARCÍA

A Dios damos muchas gracias
este día extraordinario
que nos une con Quintina
en su "primer" centenario.

Esta mañana en la Misa
por ella todos oramos
y ahora muy gozosos
este "cóctel" celebramos.

En mil novecientos seis
y en Octubre el 30 día,
nace junto con Narcisa
Quintina Mazo García.

Es en Santa Cruz de Yanguas
de la provincia de Soria,
donde comienza Quintina
esta dilatada historia.

El 31 de octubre
se celebra san Quintín,
por eso este nombre lleva
desde el principio hasta el fin.

A su hermana le pusieron
el nombre de San Narciso,
que era el día 29
y así su padre lo quiso.

En este pueblo de Yanguas
felices año vivió,
hasta el día jubiloso
que con Nicolás casó.

Cuatro eran sus hermanos
Bárbara era su madre
e Higinio, el molinero
y el del estanco, su padre.

El trabajo de las tierras
siempre de cosecha escasa,
fue su tarea habitual
y ayudando a los de casa.

Al vecino Villartoso
vino desde Barahona,
como Maestro del pueblo
una excelente persona.

Era don Nicolás Olmo
de Quintina "admirador"
que, prendado de sus dones
le hizo promesas de amor.

Y un buen día se casaron
y muy felices vivieron
en Bretún y Magallón
y por Maella estuvieron.

Cuando la guerra acabó
a Cataluña se fueron
y al final en Barcelona
su residencia pusieron.

Como fruto de su amor
cuatro hijos les dio Dios,
Esther María que pronto,
en seis meses, dijo adiós.

Luego fue José María
que a los nueve años murió,
después vino Mari Luz
que a todos sobrevivió.

Pues a una hija posterior
llamada María Pilar,
cuando tenía once meses
también la vieron marchar.

Años de luces y sombras
en su vida conyugal,
pero siempre muy felices
allá en la Ciudad Condal.

Demostrando gran carácter
subsanando cada yerro,
viviendo con alegría
y una voluntad de hierro.

Los padres siempre desean
y ponen gran ilusión,
en que sus hijos reciban
una buena educación

Y por eso Mari Luz
marcha a la Universidad
y acabando su Carrera
colma su felicidad

Hay quien estudia la Química
otros prefieren Botánica,
a Mari Luz le gustaba
Filología germánica.

Mari Luz por Europa
sus viajes hace sin par,
para que así los idiomas
pueda ella perfeccionar.

Y un día por Alemania
un "flechazo" recibió,
era de Freddy, un belga,
y con Freddy se casó.

Quintina fue muy querida
por su hija y por su yerno,
viviendo siempre felices
en verano y en invierno...

Y le llegaron las nietas
llenándola de ilusión,
Esther será la primera
Fátima, a continuación.

Los años corren veloces
y Esther da su corazón,
a un estupendo marido
que se llama Juan Ramón.

Y nacerán las biznietas
sus nombres: Raquel y Ana,
que a Quintina hacen feliz
al verlas cada mañana.

Fátima es economista
y quiere mucho a su abuela
y por verla sonreír
a abrazarla siempre vuela.

Cien años son mucho años
para vivir y gozar,
y en ellos también tristezas
que hoy queremos recordar.

La muerte de Nicolás.
Un día se marchó al Cielo,
tenía 82 años,
las llenó de desconsuelo.

También Freddy nos dejó,
contaba cincuenta siete.
Nuestra oración, nuestras flores
en hermoso ramillete.

Quintina vio marchar también
en un continuo declive,
a sus cuñadas y hermanos
tan sólo una sobrevive.

Demos gracias al Señor
por los cien años vividos
y por todos los favores
de su mano recibidos.

Y en las manos de la Virgen
hoy ponemos a Quintina
madre, abuela, bisabuela...
una "auténtica heroína"

Se une a vuestro homenaje
con estos versos sencillos,
un viejo amigo de Soria
llamado José Sotillos

Que conoció a Nicolás
muy pequeño todavía
porque vivía en su casa
con Mariano y con Maria...

Que eran mis queridos padres
donde estaba de "patrona"
(Allí no había Colegios
cual los hay en Barcelona)

Quintina, con Nicolás
siempre a mi casa vinieron
y un grato y muy fiel recuerdo
para mis padres tuvieron

Por eso yo en este día
todo lleno de emoción,
a la familia Olmo-Mazo
doy mi felicitación.






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