Asociación
  Ayuntamiento
  Dejar tu Firma
  Fiestas
  Geografía
  Historia
  Noticias
  Qué hacer
  Rally
  Revistas
  Ver Libro de Firmas
  Alojamiento rural
 
     
 

Inauguración del Salón Social Las Escuelas y Homenaje a Pepe



por Fernando Lázaro Jiménez

Aquel sábado fue un día entrañable y feliz para mí. Así lo supe desde el momento en que recibimos la carta de la Asociación Cultural de Amigos de Trébago en la que se nos invitaba a asistir a la "inauguración" del Salón Social Las Escuelas y de la sede de la Asociación y al Homenaje a Pepe.

Sin pensarlo dos veces, el día anterior arranqué el coche camino de mi querido pueblo. No importaban los kilómetros. Atrás quedaban los embotellamientos, las prisas, el precipitado discurrir de la vida de las urbes... Tras unas horas de viaje llegamos por fin a Trébago. Nada más llegar visitamos las Escuelas. ¡Qué alegría recorrer estas aulas que, certeramente restauradas, retrotraen el ánimo a otros tiempos en que la vida tenía ritmos de pausada cadencia! Las Escuelas, reflejo de costumbres conservadas, de recuerdos pasados y de un fluir, anclado en el tiempo de la vida de tantos trebagüeses... Es singular la impresión que me causó la exposición de todos aquellos objetos (pupitres, cuadernos de escuela, labores de costura...) que guardaba en mi memoria. Todo me parecía más pequeño pero más bonito incluso que el recuerdo que tenía.


Gumersindo Martínez y Fernando Lázaro
como en años anteriores

¡Qué orgullo observar cómo Las Escuelas, convertidas ahora en local social, seguirán cumpliendo su función de antaño como epicentro cultural y social del pueblo!

Al día siguiente, sábado, acudimos a la procesión de San Isidro Labrador y a la bendición de campos que tuvo lugar en el Trinquete. Después de la misa acudimos a la inauguración del Salón Social. Hubo descubrimiento de placas y bendición del local. Más tarde escuchamos al Alcalde y al Presidente de la Asociación pronunciar sendos discursos en Homenaje a Pepe por su labor y entrega a la Comunidad de Trébago. Tras la entrega de unas placas, Pepe pronunció, a su vez, un emotivo discurso de agradecimiento.

Tras el bien merecido homenaje hubo comida para todos los asistentes que, para gozo y orgullo de todos, éramos muchos venidos de todas partes. En la comida no faltó el chorizo y jamón de la tierra, todo ello amenizado con buen vino de Rioja. Después de la comida, y mientras algunos jugaban a cartas, otros cantábamos unas jotas en el interior de las Escuelas, expresando de esta manera la alegría que nos embargaba en aquel día tan especial, y aprovechábamos un hueco para hacernos unas fotos de recuerdo con el mapa de España, como cuando éramos colegiales. Y como resistiéndonos a finalizar la celebración, aún tuvo lugar un nuevo ágape por la noche para celebrar San Isidro Labrador...

Al día siguiente estaba agotado. En contadas ocasiones un sólo día me había parecido tan intenso y feliz. Me iba, sí, pero sabiendo que con la restauración de las Escuelas, había recuperado algo de mí mismo que durante todos estos años había ocultado en mi memoria. Con estas líneas sólo he querido compartir con todos vosotros este sentimiento.


[Anterior] [Sumario] [Siguiente]