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Y para postre... Morcillas dulces



por Gregoria Ruiz Ojuel

Ofrecemos aquí la receta que nos ha proporcionado Gregoria Ruiz sobre la preparación de las morcillas dulces, algo íntimamente ligado a la matanza y al aprovechamiento integral del cerdo.

Ingredientes
(aproximados, para un cerdo de unos 80 ó 90 Kg, y siempre al gusto de cada casa):
  • 1 pan de 2 Kg (una hogaza).
  • 1 Kg de arroz.
  • 1'5 Kg de azucar.
  • 100 g de piñones.
  • 100 g de anises.
  • 200 g de canela.
  • 300 g de pasas de málaga.
  • La tela del cerdo (de manteca), picada en trozos muy pequeños.
Preparación:
  • De víspera se pica el pan y se remoja como para hacer migas. Esta operación puede hacerse bien con un cuchillo, aunque hay quien la hace con una garlopa grande. Se pone invertida, sujeta entre las piernas, con un balde debajo, y se pasa la hogaza por encima "cepillando" el pan.
  • Se cuece el arroz con agua y un poco de sal (que quede suelto).
  • Al matar el cerdo, se recoge la sangre directamente sobre el pan, y se va revolviendo la mezcla.
  • Cuando se van a llenar, se agregan todos los demás ingredientes, y se adoba, mezclándolo todo bien. (No se echan hasta que no se van a llenar).
  • Ese mismo día se llenan las morcillas. Se usa una morcillera, máquina con un depósito debajo acabado en forma de embudo y un émbolo encima. Si no se dispone de morcillera se pueden llenar a mano.
  • Posteriormente, se cuecen. Para ello se pone agua a calentar, y cuando está caliente (sin hervir), se añaden las morcillas. Para saber si están cocidas, se pinchan con una aguja, y si al pincharlas sale sangre, es que aún están crudas.
  • Después se dejan enfriar y se cuelgan.
Consumo:
Hay muchas formas de consumir las morcillas, destacando:
  • Asadas al horno.
  • Fritas en aceite (para ello se cortan en rodajas y se fríen).
  • Hay quien las echa al cocido. (Aunque es más habitual echar al cocido las morcillas saladas).
  • Si se dejan secar, se pueden comer en rodajas, como embutido.
  • Si al secarse se quedan muy duras, se pueden volver a cocer en un puchero, y se ponen así más amorosas.
NOTA: La morcillera que aparece en la fotografía pertenece al museo etnológico que José Lázaro Carrascosa tiene en Trébago.

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