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Trébago. Origen y Etimología



por Santiago Lázaro Carrascosa

La ocupación humana de Trébago está plenamente demostrada, a través de los hallazgos arqueológicos, entre los años 600 y 400 a. de J.C., correspondiente a la primera edad del hierro, y a la civilización de los castros celtíberos, una de cuyas tribus, los pelendones, poblaron Trébago. Las otras tribus celtíberas propias fueron los arévacos, belos, titos y lusones. Efectivamente, nosotros hemos encontrado cuchillos, lanzas, flechas y otras armas de hierro, así como también hemos delimitado la existencia de un castro celtíbero, con sus entradas y restos de murallas y fortificaciones, en el cogollo de la colina donde está asentado el pueblo.

Pero resulta que, no hace muchos años, descubrimos una estela escrita en caracteres ibéricos, pieza altamente interesante. Además, en la parte norte del pueblo, al hacer el desmonte para construir la carretera, aparecieron unas hiladas de grandes piedras, bien colocadas y calzadas, que, salvo mejor opinión, creemos que corresponden a las murallas, de tipo megalítico, celtíberas o ¿acaso iberas?.

Si estos restos arqueológicos fueran de procedencia ibera, habría que aceptar una ocupación humana de Trébago, por los iberos, entre los años 850 y 1200 a. de J.C. La hipótesis podría ser cierta, tomando en cuenta que las primeras invasiones iberas de la península se efectuaron hacia 2000 a 1500 a. de J.C., invasiones que fueron expandiéndose por todo el levante de España, hasta el mediodía de Francia, y de paso poblando todo el curso bajo y medio del Ebro, y Trébago está en la cuenca media de dicho río, justo al limite de la divisoria Ebro-Duero, por lo que podría ser perfectamente posible la instalación de los iberos en Trébago, siendo por lo tanto los primeros pobladores de nuestro pueblo.

No hemos encontrado restos arqueológicos que nos pudieran indicar la ocupación humana del pueblo en las edades del cobre y neolítico, y menos del paleolítico, lo cual no quiere decir que no pudieran encontrarse más adelante. De todas maneras, admitiendo la ocupación ibera, la vivencia humana de Trébago es ininterrumpida, a través de celtíberos, romanos, visigodos, árabes, y época medieval, hasta nuestros días. De todas y cada una de estas secuencias culturales, tenemos restos arqueológicos que lo atestiguan.

Volviendo a la estela gravada con caracteres iberos, de la cual adjuntamos una foto, ha sido estudiada por D. Florentino Zamora Lucas, soriano de corazón, y miembro de la Real Academia de la Historia, y buen amigo nuestro (q.e.p.d.); también por José Luis Argente Oliver director del museo numantino, así mismo amigo nuestro, y por el historiador soriano Fernando Romero, el cual, en colaboración con María Lourdes Albertos Firmat, han publicado un estudio de esa estela trebagueña, en la revista Seminario de Arte y Arqueología, de la Universidad de Valladolid, 1981. Según estos dos investigadores, la primera línea de la inscripción "matiku" podría ser parte de un nombre étnico, de gentilidad o de persona, acaso Matikum, relacionado con la palabra Mata, constatado en otras escrituras. En cuanto la segunda línea, con la sílaba "ri", pudiera formar parte de algún nombre gentilicio o nombre común. De cualquier manera, tanto estos dos autores, como José Luis Argente, dan bastante importancia a esta inscripción o estela con caracteres iberos encontrada en zona celtíbera, y, por supuesto, ubicada muy al norte y noroeste de la zona culturizada por los pueblos iberos, es decir, la Bética, todo el levante y noreste español y el sureste francés, y de ahí nuestra tesis de que los primeros pobladores del solar trebagueño fueran los iberos, de cuya cultura, más avanzada que la de los celtas (escritura, etc.) se beneficiaron, asimilándola, esos mismos pueblos celtas, dando lugar, con esta mezcla-asimilación, a las tribus, muy generalizadamente denominadas celtíberas por los clásicos latinos y griegos.

Son varias las opiniones, que hay sobre la etimología del nombre de Trébago. A continuación anotamos algunas de ellas.

Algunos han apuntado hacia el origen latino de Trévago, escrito con "V", aduciendo que pudiera derivarse del numeral latino "tres-tria", y nombre común "vacuus-vacci", hueco, hondo, y por extensión valle. Según esto Trévago, querría significar Tres Huecos o Tres Valles. Aunque al sur del pueblo, y adentrándose profundamente en la Sierra del Madero, hay un lugar al que denominamos Los Tres Barrancos, y que, efectivamente, son tres valles o barrancos que confluyen en uno común llamado Barranco de Valmayor (Valle Mayor), no creemos que este accidente orográfico tuviera antiguamente la entidad suficiente, así como la incidencia cultural o de vivencia en los habitantes, para por sí solo dar nombre a la entidad de población, además de que, cuando la cultura romana llegó por estos lares, ya sabemos que se habían establecido en el lugar otras culturas más antiguas como la ibera y la celta, según demuestran los hallazgos arqueológicos. Por lo tanto a nosotros no nos satisface esta etimología de Trébago, que además se debe escribir con "B", dado su origen y raíz mucho más antigua que la civilización latina de la época romana, y con mayor razón, si es verdadera y válida la ascendencia ibera del nombre, según opina D. Ramón Menéndez Pidal, en cuya escritura y fonética, no había ni la grafía ni el sonido "V".

Nuestro buen amigo D. Florentino Zamora Lucas, miembro que fue de la Real Academia de la Historia, natural del vecino pueblo de Valdejeña, (nombre también de hondas raíces celtíberas o iberas), Trébago pudiera tener origen indo-germánico, conteniendo la raíz "bank", y entonces sería Tres Bancales o Tres lomas, o cerros. Desde luego no se observan en los aledaños del pueblo o su término ningún conjunto de tres cerros o lomas lo suficientemente llamativos, ni antes ni ahora y con la suficiente fuerza cultural o destacada, para dar nombre a la entidad de población. No nos parece adecuada esta explicación etimológica.

Según Schulten, Trébago estaría formado por la raíz celta "treb", con el sufijo-preposición "con", el "cum" latino, igual que en Contrebia. "Treb", sería simplemente un nombre de tribu, en cuyo caso Trébago significaría simplemente lugar de la tribu, perteneciente a los celtíberos pelendones. Contrebia fue, según los clásicos latinos, la capital de los celtíberos lusones, ubicada cerca de Daroca, Zaragoza. Dentro de los mismos celtíberos pelendones, a muy pocos kilómetros de Trébago, en el pueblo de la Rioja de Inestrillas, se encuentran las ruinas de un castro celtíbero, al que los autores latinos denominan Contrebia Leucade, topónimo, igual que Trébago, Trebiacun gemelo a Contrebia. Esta etimología de Trébago pudiera ser correcta.

Otros autores, entre ellos D. Blas Taracena, dan a la raíz celta "treb" el significado de fortaleza, acepción que, en el caso particular de Trébago, conviene perfectamente, pues en una verdadera fortaleza fue la instalación humana en el lugar, bien ibera o celtíbera, en la cima del montículo donde se asienta el pueblo, cuyo castro hemos señalado en el plano urbano correspondiente. Esta cima estaba naturalmente defendida por pendientes muy pronunciadas, por todos sus puntos cardinales excepto por el suroeste, y en donde fue preciso levantaron las correspondientes murallas, cuyos restos, ya hemos dicho, que han aparecido al norte y al sureste del casco urbano.

Fernando Romero Carnicero y María Lourdes Albertos Firmat dan a la raíz "treb" el significado de casa, lo mismo que en Irlanda medieval y la Galia. En este caso significaría las casas o lugar de las casas, es decir, lugar habitado y poblado, que formaron un con junto urbano. Pudiera ser viable también esta etimología de Trébago.

Otra solución etimológica del nombre Trébago, pudiera ser la que sugirió D. Ramón Menéndez Pidal, a la consulta sugerida por nosotros, que le hizo D. Florentino Zamora Lucas. Trébago parece provenir de un nombre propio, celta o ibero, de persona, llamado Trebelius. Este nombre propio está documentado históricamente en los clásicos latinos, y también en Bulgaria está identificado un rey histórico, denominado Trebelius perteneciente a tribus de raíces celtas o iberas. Según esto el nombre de Trébago resultaría de adjetivar Trebelius con el sufijo "acus","agus", celta o ibero, con esta evolución fonética según nuestro criterio: Trebeliacus-Trebeliagus-Trebelago-Treblago-Trébago, siendo el acento esdrújulo posterior, y debido a la influencia latina, ya que en otros topónimos de pueblos ubicados en el solar de los celtíberos no llevan más que el acento grave, debido a que el sufijo "aco" "ago" "acus", lleva ese acento. Es el caso de Sarnago, Cornago, Buitrago, Litago, Sayago, Martiago, Luzaga, etc. En definitiva, y según esta etimología, Trébago, sería lugar de las gentes, tribu o clan de Trebelius y regidos por su mandato. Es una opinión, que así mismo conviene para explicar la etimología de Trébago, y junto con la que le relaciona con la existencia de una fortaleza, son las dos, que a nuestro juicio más se acercan a la verdad.(1)

Por tanto, y considerando como las más probables la derivación del nombre de Trébago, una de la raíz celta "treb", en sus diversos significados, y la otra derivada del nombre propio de Trebelius, nosotros creemos que se debe escribir Trébago con "B", y el escribirlo con "V", es una confusión de influencia latina, que ya a principios del siglo XVI se producía en diferentes escritos. Nos referimos a los Quinque Libri de la Iglesia parroquial del pueblo, Nuestra Señora de la Asunción, que se conservan casi íntegros, desde 1509. Pues bien, en una de las primeras pastorales contenidas en el mencionado libro, de 1509, hecha por el Obispo D. Pedro Cerbuna, da las ordenanzas del objeto de esos libros a la iglesia y a sus feligreses, y en la cuarta línea del comienzo de dicha pastoral dice textualmente: "A todas las personas eclesiásticas y seglares del lugar de TREVAGO..." Así, escrito con "V". Aquí es donde nosotros creemos ver la influencia latina, ya que en aquellos tiempos, la cultura latinizante de las jerarquías, todas de la iglesia católica, era plena y totalmente constatable, mientras que las jerarquías más inferiores, y si se trataba de curas párrocos de aldeas o pueblos pequeños con mayor razón, no tenían tan alta cultura latina, y se acercaban más al habla y costumbrismo del pueblo llano, con el que tenían que tratar diariamente. De ahí que los obispos en general, escribieran Trévago, con "V" mientras que los curas párrocos de la iglesia, en todas, o en su inmensa mayoría, escribieran Trébago, con "b", en las partidas de nacimientos y bautismos, defunciones y matrimonios. Sin embargo hubo obispos que escribieron Trébago con "b", por ejemplo una pastoral del obispo D. Diego de Yepes, año de 1600. Otra del mismo obispo de 1609. Otra del obispo D. Martín Ferrer de 1619. Otra de este mismo obispo de 1629.

Es decir en todas estas pastorales hasta 1702, que es hasta donde alcanzan los libros encuadernados en un volumen, el nombre del pueblo en pastorales y bautizos, etc. se escribe Trébago, con muy raras excepciones.

Modernamente, en libros como, por ejemplo, El Diccionario de Madoz, el de Blasco, documentos, mapas, etc., se escribe Trébago. Sin embargo, después de la guerra civil, 1936-39, apareció la moda de escribir Trévago, con "v", principalmente en algunas señalizaciones de comunicaciones, correos, etc., y en algunos mapas, pero de todas maneras en los mapas de la diputación de Soria, y algunos folletos turísticos se sigue escribiendo correctamente Trébago con "b".

Como conclusión, y a tenor de todo lo que llevamos escrito sobre este particular, el nombre del pueblo para escribirlo correctamente debe hacerse así: TREBAGO.

Trébago (Soria), enero-febrero de 1995.

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(1) El rey búlgaro Trebelius es del año 869, documentado históricamente. Así mismo, tenemos un cónsul romano llamado Trebelius Máximo, del año 56, éste último más próximo en el espacio y el tiempo, a la Celtiberia ya romanizada y pacificada después de las guerras de Numancia. Por lo dicho vemos que el patronímico Trebelius no debió ser raro en aquellas fechas, pues si así se llamaba un cónsul romano, es lógico suponer que en el pueblo llano fuera numeroso, y que pudiera tener un origen celtíbero, o ibero.

Tácito cita un Treviacum en sus Anales, que corresponde a Trébago según Schulten, y que pudiera ser una forma latinizada del Trebeliacus, procedente del nombre de Trebelius.

Así mismo tenemos nombres de pueblos actuales, que tienen también una fonética y grafía similar a la de Trébago, y por supuesto con la raíz "treb". Así Tríbola, cerca de Algeciras, citado por Schulten y Trebeluger nombre de una aldea de Menorca, estando estos dos topónimos dentro de la zona cultural ibera de España. Trébabu, municipio de Francia. Treviño en Burgos y Trevano en Italia.


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