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por Nuria Domínguez Martínez,
Estela García Córdoba
y Javier Sáenz Gil
 Antes de comenzar este artículo, nos dirigimos al precursor del evento, Leo, para que nos contara el comienzo de todo. Sus palabras fueron: "Tuve una epifanía; como los jóvenes iban a festejar lejos, se me ocurrió crear esta pre-fiesta para unir a todas las peñas".
Dicho y hecho, así surgió la que ahora todos conocemos como la Fiesta de las Peñas, que tiene lugar el miércoles anterior a las fiestas patronales de la Virgen del Río Manzano.
Lo primero que nos viene a todos a la cabeza cuando se nombra la palabra fiesta es música, bebida y baile, pero nosotros queríamos hacer algo más especial. Algo que sirviera para unirnos todos, desde los más pequeños hasta los más mayores, recordando los viejos guateques que los que escriben y los impulsores de este día no hemos vivido pero que nuestros padres nos han contado con nostalgia.
Desde hace cuatro años se ha convertido en una cita obligada para todos los trebagüeses, amigos y vecinos de La Rinconada. Es una tarde diferente en la que no hay grupos ni edades, todos nos unimos y colaboramos en preparar esta celebración previa a los días de fiesta.
Simulando aquellos guateques decidimos hacer una cena previa a base de picoteo (salchichas, tortillas de Juanitín, aperitivos salados, canapés, etc. e incluso un postre muy dulce con cuadradillos de crema de chocolate). Sobre las seis de la tarde, en la cochera de la Rosario, nos juntamos para preparar las diferentes bandejas; cada año se acercan más personas para prestar su ayuda, gracias a todos por vuestra colaboración.
Y mientras unos preparan la comida, otros ayudan con la organización de las mesas, manteles, colocan el equipo de música y las luces para crear el ambiente perfecto. Hay quien hace un agua de Valencia riquísima (¿verdad Isidro?) y no podemos olvidarnos del aclamado mojito que la peña de los 3vagos, especialmente de Juanillo, Nico y Sandra que lo preparan con mucho esmero y riquísimo, y del que se tienen que hacer más litros cada año.
Alrededor de las nueve de la noche, tras la partida de cartas de las mujeres, todos nos reunimos en el frontón. Las personas mayores toman posiciones y se van llenando las respectivas mesas para dar buena cuenta de las viandas. Nicolás y Nuria hacen de improvisados cocineros y preparan en la plancha los platos calientes que el resto de los jóvenes reparten por las mesas. Todos nos contagiamos del espíritu alegre y divertido que reina en el pueblo en estos cálidos días de verano.
Durante la velada, a la que todos asistimos con la camiseta de Trévago, se forma un hermoso manto rojo por todo el frontón, Leo nos ameniza con todo tipo de música del gusto de todos los públicos. Es genial seguir escuchando el baile de los pajaritos o "son tus perjúmenes mujer..." sin olvidarnos de nuestras queridas sanjuaneras. Las cadenetas de bailarines recorren el juego de pelota con la participación de pequeños y mayores. Da gusto ver cómo disfrutan los más pequeños con la comida, la música y la diversión.
Luego, según el cansancio, cada uno se va retirando a casa quedando para recoger los más trasnochadores, aquí queremos nombrar a la peña "sin nombre" que han colaborado enormemente este año y que viene empujando con fuerza y donde vemos que la continuidad de esta fiesta está asegurada.
Como en otras ocasiones, algo que surge como prueba y error, ante el clamor popular se instaura como un día más dentro de la semana de fiestas, y año tras año son muchos más los que adelantan la llegada al pueblo para disfrutar de este día. ¿Te lo vas a perder al año que viene? Gracias a todos.
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