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Nochevieja



por Mary Luz Tutor Paramio

Cuando uno piensa en Nochevieja se le viene a la mente una canción de Mecano y una gran fiesta, piensa en un sitio exótico donde ir para comenzar el año de forma especial. A otros se les viene a la cabeza ruido, agobio, vestidos de fiestas, cotillones, y un gran dolor de cabeza al día siguiente... algunos también se acuerdan de Viena y del mejor concierto del Año.

Cuando eres pequeño, la Nochevieja parece una noche mágica, especial, piensas que algo maravilloso va a ocurrir... se acaba un año y empieza otro... En mi caso yo pasaba la noche con mis primos, jugando y bailando con las canciones de los programas de la TV y esperando recibir por la mañana la bolsa de cotillón que mis padres me traían. Cuando ya tienes edad para salir, sólo piensas en lo guapa que quieres estar para ir al cotillón, buscar un vestido, zapatos, maquillarte, arreglarte el pelo como si fuera la última fiesta de tu vida... hasta que comprendes que es una noche igual que cualquier otra y si cabe con la obligación de pasarlo bien.

Por eso cuando hace casi cuatro años nos planteamos en mi familia pasar la Nochevieja en Trévago, me surgieron ciertos recelos, esa noche tan especial en un pueblo con poco más de 80 personas, de mi peña 12... me veía jugando a las cartas en casa y a las 12.30 en la cama.

Íbamos de camino al pueblo escuchando la radio, cuando una emisora del Moncayo anunció los diferentes actos para la Nochevieja en los pueblos de la rinconada. Al escuchar "Gran Cotillón en Trévago", comenzaron las sorpresas.

Llegamos la misma tarde del 31 y directamente fuimos al bar para felicitar y brindar con todo el mundo esas fechas tan señaladas.

Con su casa rural "Valmayor" recién inaugurada, Vicen y Javi nos invitaron a pasar con ellos en familia, esa última noche del año. Éramos ocho a la mesa, cenamos de maravilla, nos acordamos de los que no nos podían acompañar, nos reímos, cantamos el repertorio de villancicos incluido "El conde Olinos", y a las doce de la noche, como manda la tradición, tomamos las uvas al son de las campanadas de la Puerta del Sol y Feliz Año Nuevo...

Hasta aquí nada nuevo. Ahora empieza lo que hace a este pueblo tan especial.

No eran las doce y cuarto y ya estábamos todos los habitantes del pueblo en el frontón expectantes para ver los fuegos artificiales... las edades de los asistentes iban desde los tres años a los ochenta y tantos.

Fue precioso ver el pueblo bañado de luces de colores.

Trini, la mujer de Cándido se encargó de dar la señal de comienzo con un gran cohete.

Dentro ya de las escuelas, el cava, los mazapanes y turrones animaban a brindar y endulzar el comienzo de la noche. Todos los asistentes nos fuimos mimetizando con los gorros, antifaces, matasuegras y serpentinas como gran cotillón que se precie.

Gracias a Leo, al cual descubrimos como un gran Disk-Jockey, convertimos las Escuelas en una sala de fiestas, con luces, humo,... empezamos bailando unos pasodobles, unas Sanjuaneras, jugamos unos cartones de bingo, los amigos de Jesús Lou, que habían venido por primera vez al pueblo, nos sorprendieron con disfraces y caretas. Todos bailamos... se formaron parejas inverosímiles... creo que nunca había disfrutado tanto de la última-primera noche del año. Estaba rodeada de la gente que quiero, sin agobios, sin preocuparme de las lentejuelas, los tacones y el garrafón...

Se nos hizo de día enseguida. Doy fe de que algunos asistentes que ya no disfrutaban de esta noche del año volvieron a ilusionarse.

Pasó todo un año y no había duda, Nochevieja se pasa en Trévago... como así ha sido desde entonces. Tanto hemos contado lo bien que lo pasamos a nuestros conocidos, que la Nochevieja pasada pensábamos que las Escuelas se nos iban a quedar pequeñas.

Las casas rurales estaban llenas, gente venida de diferentes puntos de España, incluso de Francia, desde Biarritz nos visitó una pareja que más tarde nos demostró cómo bailar un twist.

También se unieron Estela y Toñi amigos nuestros de Coria (Cáceres)... en alguna casa del pueblo la mesa tenía más de 30 comensales...

Hubo incluso quien vino desde Madrid para pasar la noche y volverse temprano para la comida familiar de Año Nuevo, ¿verdad familia Lucas-Expósito?

Y otra vez más, la magia hizo que la noche pasara volando, pero si creíamos que no se podía mejorar, aún le dimos un toque final; a eso de las 6 de la mañana, para desayunar, preparamos un chocolate con tortas de masa de pan que... ¡Gloria Bendita!
Por todo esto que os cuento, y a falta de 20 días para terminar el año, os animo a todos a venir y pasar esta noche en nuestro pueblo "encantado" de Trévago y os deseo un Feliz 2012.



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