por Antonio de Benito
El 17 de agosto de 2006 tuvo lugar en Trébago la presentación del libro MI PRIMER VERANO EN TRÉBAGO, del autor soriano Antonio de Benito, con ilustraciones de Mª José Achiaga y editado por Palomero-Delgado editores.
Se trata de un cuento para niños a partir de 10 años (de 10 a 110...), y en el acto, organizado por la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE TRÉBAGO, estuvieron presentes el autor del libro, el Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León, D. Carlos de la Casa, y varios miembros de la Junta de la Asociación.
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D. Antonio de Benito hizo un esbozo del cuento, resaltando, entre otras cosas, la importancia que supone para Trébago el hecho de tener editado un libro en el que se habla de él, y lo importante que es la lectura. Terminó su intervención con una poesía que levantó un gran aplauso de todos los asistentes, que dice así:
PUEBLO QUE DUELES Me duelen los recuerdos de mi pueblo, me duele el trino de los pájaros en la plaza, desierta y polvorienta. Me duele el sabor de las cosechas en agosto, hace tanto que la tierra está yerma que sólo llueve en el camposanto en primavera. Parece que las flores de mi pueblo han decidido crecer en el cielo. El último pastor fue enterrado por su perro, las ovejas emigraron hacia la ciudad, y ahora, cuando ya templa, quieren regresar. ¿Encontrarán tan verde el pastizal? No hay huellas en las aceras ni risa en la escuela, ni llantos en la iglesia. Escucho atormentado el gemido de las piedras -estertores de Castilla-. Y el sueño en que me sumo se torna dulce al aparecer el camino, imborrable senda que lleva al pueblo recorriendo el otoño de las huertas, comiéndome el olor de fruta ya corrompida Lo que fue trigo y cebada, ahora son lagartos, quizá quieran recordarnos la historia, mutarse en dinosaurios y comenzar a darnos de mamar. No quiero despertarme, ansío que me duela hasta el aliento, sentir en el recuerdo las campanas, bodas y funerales. Disfrutar del dolor que me produces, fiel pueblo, mientras me continúes doliendo... te seguiré queriendo. |
Por su parte, D. Carlos de la Casa manifestó que si importantes son las comunidades y los pueblos, aún más importantes son las personas, alabando las palabras de Antonio de Benito y destacando la importancia que un libro tiene en la formación de las personas, a pesar de las nuevas tecnologías.
Terminó el acto D. Juan Palomero, presidente de la Asociación de Amigos de Trébago, y en representación de la empresa Palomero-Delgado editores. Destacó en sus palabras el hecho de que con la publicación de este libro, además del aporte cultural para sus lectores, Trébago será conocido en muchos más sitios de la geografía nacional e internacional, que es uno de los fines de la Asociación.
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Después, el autor firmó ejemplares a todos los asistentes que lo desearon, que llenaban el local.
En definitiva, una bonita actividad, que se complementó el día 24 de agosto, a las 6 de la tarde, con un Taller de lectura en el que participaron 13 jóvenes del pueblo. Al terminar, como colofón, subieron al Torreón de Trébago para vivir más intensamente la aventura del cuento. Además, el autor propuso a los participantes elaborar un trabajo posterior. Esto ya les costó un poco más a los chicos, salvo el que reproducimos a continuación, que lo hizo acompañado de dibujo:
Las fiestas comienzan el 18 de agosto. Las niñas nos vestimos de piñorras y hacemos la recogida del trigo. Luego, vamos a la iglesia y cada niño lleva una ofrenda a la Virgen. Después de las ofrendas, los hombres descendientes de Trébago hacen el baile de la Virgen en el interior de la iglesia. Es una tradición trebagüesa, que los niños que estamos sentados en el altar podemos disfrutar. Este mismo baile se vuelve a repetir el sábado, el día de la fiesta de la Virgen. Por las noches nos divertimos en el baile con las orquestas. El domingo salió un día muy bonito y subimos a la ermita con la Virgen. Durante las fiestas hay muchas actividades: el lunes hay una comida popular que se hace en el coto, luego hay unas jotas y cuando terminan nos disfrazamos, y como no queremos terminar las fiestas, un día hacemos chocolate y otro merendamos jamón. A mí lo que más me gusta es el parque infantil, porque saltar en las colchonetas me divierte mucho.
Marina Clavel
Así mismo, el día 24 de agosto, por la mañana, se presentó en Soria, en la Librería Santos Ochoa, dicho libro.
La presentación fue magníficamente acogida por la mayor parte de los medios de comunicación sorianos, prensa, radio y televisión, como puede verse en la foto que se adjunta, en la que se ve al autor rodeado de dichos medios.
Posteriormente, el día 20 de diciembre, se presentó el libro en Logroño, también en la Librería Santos Ochoa.
Con la sala llena de público, comenzó la exposición Juan Palomero diciendo que Trébago existe, que no es un pueblo inventado, sino lleno de vida y que lucha por darse a conocer, aunque en invierno quede poca gente. Después Antonio de Benito explicó las vivencias que un pueblo pequeño suponen para los niños, que se ha inspirado mucho en el gran maestro de la literatura infantil Avelino Hernández, del vecino pueblo de Valdegeña, e hizo un pequeño resumen del libro en forma de romance de ciego, que dice así:
MI PRIMER VERANO EN TRÉBAGO
Queridos niños y niñas, adultos, público en general, os voy a contar la historia de un verano singular, que viví hace ya algún tiempo en un misterioso lugar.
Trébago se llama ese pueblo a las faldas del Madero está, allí nació Cayo, mi abuelo, el padre de mi papá.
Todo comenzó hacia junio con cinco suspensos bajo el brazo un padre muy enojado, que me llevó hasta Trébago para darme un escarmiento majo.
Llegué a Trébago con mi padre y al abuelo saludé, mas un escalofrío intenso recorrió todo mi ser.
La casa junto a la plaza, en la plaza un torreón, en el torreón una sombra de la que me enamoré yo.
La sombra se llama Salma le gustaba leer libros, todo el verano juntos, uniendo nuestros destinos.
La pequeña niña Salma, la de la piel africana, los ojos como carbones la mirada siempre cercana.
Aprendí lo que era un pueblo, a comer en el puchero, a levantarme temprano, a bañarme en el arrollo, cerca del río Manzano y a dormir mirando al cielo. |
Por el pueblo comentaban que hace ya mucho tiempo, un rey más fiero que fiero, -al que llamaban Sartén- quiso demostrar su nervio, y levantó un enorme pedrusco, -el dolmen más robusto- y al acabar el empuje, la piedra se le echó al cuerpo, y lo sepultó allí justo. Nada nunca más se supo, de aquél tío Sartén. unos decían que muerto, otros que fantasma vivo y los más ociosos luego, dijeron que era mi abuelo. que se comía a los niños, de un bocado certero, a los que no bailaban en las fiestas del pueblo, a ésos los primeros.
Y el verano que pasaba, y las fiestas se acercaban, danzar el baile a la Virgen lo que más me preocupaba. Hasta que llegó mi padre, con su cochazo flamante, y todo lo fastidió, por culpa de su desplante.
Pero no podía ser que un verano tan bueno, terminara de tal ver, y gracias a Cayo, mi abuelo, y al ingenio de unas manos, el cochazo de mi padre más que un coche pareció un manzano y allí nos quedamos, mi padre aprendiendo a conocerme y yo en el mágico Trébago, mi pueblo para siempre.
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Al finalizar el acto se ofreció un vino español mientras los asistentes participaban en animada charla.
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