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Los residuos de los plaguicidas



por Marcos Clavel Pardo


Foto 1: Cada día es mayor la cantidad y variedad de productos que se utililizan para proteger los cultivos.
La idea de luchar contra los enemigos de las plantas cultivadas, por medio de sustancias tóxicas para los mismos, es muy antigua. Sin embargo, no es hasta el año 1865 cuando la utilización agrícola de venenos comienza a tener una aplicación real. A partir de esta fecha el campo de utilización de estas sustancias en la protección de los cultivos ha crecido progresivamente. En el momento actual, son millares los productos fabricados industrialmente con este fin, dotados de una gran eficacia, y gracias a los cuales se consigue un aumento de la producción agrícola.

El ideal de estos productos es destruir solamente las plagas que constantemente acechan los campos; ahora bien, esta tan limitada especificidad no se da en casi ningún caso. La aparición de estirpes resistentes, la intensificación de cultivos, etc., han hecho que el hombre, con miras a la protección de estas plantaciones y en consecuencia de su economía, haya buscado productos cada vez más tóxicos, ante los cuales no hubiese enemigo que resistiera. Esto lleva consigo la aparición de un grave problema: la toxicidad, en algunos casos mortal, para el hombre, los animales domésticos o la propia planta.

Eliminación natural de los plaguicidas

Depósito de plaguicidas. Se denomina depósito a la cantidad de plaguicida que queda sobre el vegetal inmediatamente después de un tratamiento. La importancia de este depósito depende de varios factores, entre ellos cabe destacar:
  • La naturaleza de la molécula del plaguicida, que hay moléculas que quedan mejor retenidas que otras.
  • La dosis, ya que al aumentar la dosis, el depósito será mayor.
  • La formulación, debido a que los adherentes y otros coadyuvantes que puedan llevar los productos pueden aumentar su retención por la planta.
  • Morfología y naturaleza de la superficie vegetal; un caso típico es el de las lechugas que, tanto por la gran superficie que presentan en relación al peso, como por la cantidad de producto que queda protegido en el interior, hace que puedan producirse acumulaciones notables.
  • El tipo de aplicación: espolvoreo, pulverización, etc. Así, por ejemplo, si la aplicación es en forma de pulverización clásica (600 a 3000 l/Ha de caldo), la cantidad de plaguicida depositado sobre la planta aumenta progresivamente hasta que el caldo empieza a escurrir y desde que se inicia el goteo ya se mantiene constante el depósito. Con otros tipos de aplicación, como espolvoreo y aplicación a bajo volumen, aunque teóricamente deberían obtenerse los mismos depósitos, ya que la cantidad de materia activa esparcida por hectárea debe ser la misma, sin embargo, las irregularidades de los tratamientos pueden ser mucho mayores que en el caso de la pulverización clásica, conduciendo a depósitos hasta 10 veces superiores a lo normal.
Esto ya nos indica una primera precaución, y muy importante para no agravar el problema de los residuos, y es que los aparatos de aplicación deben estar bien calibrados y la aplicación debe ser lo más regular posible (cuidado con las paradas, extremidades de parcelas, etc.). Si la aplicación no se hace con la conveniente regularidad puede ocurrir que en una parte del campo se sobrepasen las tolerancias de residuos admitidas y en otras la protección sea insuficiente.

Eliminación progresiva de los depósitos. El depósito de plaguicida en la planta es eliminado de forma progresiva, con mayor o menor rapidez, según la acción de diversos factores:

Crecimiento del vegetal.- En productos de crecimiento rápido, al aumentar el peso del órgano vegetal disminuye proporcionalmente la cantidad de residuos de plaguicidas en el mismo, ya que estos se expresan como una relación en pesos (Ppm). Esto es particularmente importante en vegetales de crecimiento rápido como las lechugas, que pueden doblar el peso en 15 días, con lo que la cantidad relativa de plaguicida quedaría reducida a la mitad en ausencia de otros factores. Es lo que se llama eliminación aparente de los residuos.


Foto 2: Se deben extremar las precauciones en tratamientos anteriores a la recolección, respetando los plazos de seguridad indicados por los fabricantes.
Causas mecánicas y físicas.- Como causas mecánicas cabe citar, principalmente, el viento y la lluvia, especialmente si ocurren poco después de la aplicación, cuando el depósito no está aún seco o bien adherido al vegetal. La eficacia de esta eliminación mecánica depende de las características de la superficie vegetal y de las cualidades conferidas a la formulación por sus coadyuvantes (adherentes, mojantes, etc.). En general puede decirse que esta eliminación es más notable en el caso de espolvoreaciones o pulverizaciones de polvos mojables que en el caso de emulsiones.

Como causas físicas cabe citar la volatilización y la solubilización. La volatilización o transformación en vapor o gas de una sustancia es diferente para cada materia activa, y también depende de condiciones tales como la temperatura, viento, esparcimiento, aunque los plaguicidas normalmente son sustancias poco volátiles aunque algunos casos, como el paration, sí lo son (precisamente deben a ello parte de su eficacia al actuar por inhalación).

Otro factor físico de eliminación es la disolución del plaguicida en agua, por lluvia; aunque la solubilidad de estos productos es normalmente débil, sin embargo, teniendo en cuenta que a veces se dan cantidades notables de precipitación y que la cantidad de plaguicida aplicado es escaso, la eliminación puede ser importante.

Degradación química.- Supone la transformación de unas sustancias en otras, su importancia está en la rapidez con que se produce y depende fundamentalmente de la estructura química del producto, que determina su estabilidad o sus posibilidades de ruptura o modificación. Puede consistir en reacciones simples o bien en reacciones bioquímicas complejas. También pueden tener lugar, tanto en la superficie del vegetal como en el interior de sus tejidos. Normalmente, lo que se mide es la degradación global, cualquiera que sea el lugar o el proceso.

Respecto a la degradación externa, juega un papel importante la radiación solar, debido a los fenómenos de fotodescomposición que se aceleran en presencia de agua.

La degradación dentro de la planta (para aquellos plaguicidas con poder penetrante) es más compleja, y puede originar en algunos casos metabolitos más tóxicos que el producto inicial, y que son los principales responsables de su acción plaguicida. Aunque la velocidad de transformación es muy variable de unos productos a otros, en general la remanencia de los plaguicidas penetrantes suele ser mayor que la de los no penetrantes.

Residuos de plaguicidas
Los residuos de plaguicidas en los alimentos son uno de los aspectos de la peligrosidad de estos agroquímicos que más preocupan actualmente, porque afectan a toda la población, al ser todos consumidores de alimentos.

Residuo de plaguicida es toda sustancia presente en un producto alimenticio destinado al hombre o a los animales, como consecuencia de la aplicación de un plaguicida, estas sustancias pueden ser los restos del plaguicida original, sus impurezas, y sus productos de metabolización o degradación.


Foto 3: Rama de manzano con un fuerte ataque de pulgón (Aphis spp)
Factores que influyen en la importancia de los residuos. Numerosos factores influyen en la mayor o menor gravedad de los residuos, entre los que podemos considerar:
  • Significación toxicóloga del plaguicida, es decir, su mayor o menor nocividad para la salud humana o de animales domésticos.
  • El grado o probabilidad de exposición del hombre a esos residuos, en función, entre otros factores, de la participación del producto tratado en la dieta alimentaria.
  • La posible magnificación de los mismos a través de la cadena alimenticia. Por ejemplo, el alimentarse de carne o tomar leche de ganado alimentado de forrajes tratados con plaguicidas organoclorados y que ha ido concentrando los residuos en sus grasas o vísceras.
  • La posibilidad de que los residuos sean o se transformen en formas moleculares todavía más tóxicas que el plaguicida original.
  • Su persistencia, que ya hemos visto que depende de unas cualidades intrínsecas (estabilidad, polaridad, etc.) y otros extremos (substrato vegetal, acciones mecánicas, físicas, etc.).
Por otra parte, la cantidad de residuos presentes viene a su vez influida por varios factores que pueden agruparse en:
  • Factores propios de la aplicación: tipo de aplicación, formulación de plaguicida, dosis aplicada (l/Ha), naturaleza o disposición de las boquillas, etc.
  • Factores propios del cultivo y ecológicos: especie y variedad de plantas, densidad, distancia entre líneas, modo de conducir el cultivo, tipo de suelo, condiciones climáticas.
  • Factores propios de la eliminación del producto: (mecánicos, físicos, químicos, biológicos, etc.) que ya hemos contemplado.
Si en una parcela tratada se toman varias muestras en distintos puntos para determinar el contenido en residuos, no se obtiene un valor único, sino que se obtienen valores diferentes en cada una de ellas.

Esto explica el que, cuando quiera hacerse una determinación rigurosa del contenido en residuos de una partida de un producto vegetal, deban tomarse varias muestras, dada su relativa variabilidad, y construir su gráfico de distribución, lo que nos daría una idea más precisa del dato que buscamos. Esto, normalmente, por razones de tiempo y economía, es impracticable.

Normativa legal sobre residuos
Debido a la peligrosidad que pueden presentar los residuos de plaguicidas, las Autoridades han dictado una serie de normas con el fin de proteger la Salud Pública. En algunos casos se ha prohibido el uso de ciertos plaguicidas, bien con carácter general o en determinados cultivos, y en otros casos se han fijado unos límites máximos tolerables de residuos, determinando siempre plazos mínimos de seguridad a transcurrir entre tratamiento y recolección del producto tratado.
El tratamiento legal del tema se viene realizando desde hace años. Así, en 1954 la Ley Miller, en USA, ya se ocupó cuando el tema tomó fuerza a raíz de publicar Raquel Carson su libro "Primavera silenciosa" y el posterior "Informe Kennedy", fruto del cual fue la prohibición en distintos países de los plaguicidas clorados de alta persistencia, y sensibilizó al público respecto a los plaguicidas en general. A partir de ahí, casi todos los países han promulgado legislaciones al respecto, por lo que actualmente las Autoridades de los diversos Estados, han fijado límites máximos de residuos (LMRs) de distintos plaguicidas sobre cada uno de los productos alimenticios.


Foto 4: Ejecución de un tratamiento
Límite Máximo de Residuos. El "límite máximo de residuos" (LMRs) es la cantidad máxima de residuos de determinado plaguicida sobre determinado producto agrícola permitida por la Ley. Es decir, la cantidad que no puede ser sobrepasada para que el producto pueda ser puesto en circulación o comercializado.
La primera idea que debe quedar clara respecto a los "límites máximos de residuos", es que se trata de un concepto legal más que toxicológico.
Para la determinación de este límite se siguen dos vías: una toxicológica y otra agronómica. En la primera, lo que se pretende es que la ingestión diaria del residuo considerada no provoque efectos nocivos durante toda una vida, según los conocimientos actuales. Para ello se determina el "nivel sin efecto" (NEL, non effect level) en animales en experimentación, que luego se extrapola al hombre, aplicando grandes coeficientes de seguridad y expresándose como "ingestión diaria admisible" (ADI, acceptable daily intake) y posteriormente, teniendo en cuenta la dieta alimentaria media del país considerado y los alimentos que pueden ser tratados con ese plaguicida, se le aplica un coeficiente o factor alimentario y se obtiene una cifra que representa el nivel permisible de residuos de un plaguicida en un producto vegetal desde el punto de vista toxicológico. Una vez establecido el máximo nivel toxicológico, que nunca puede superarse, hay que tener en cuenta los residuos que realmente quedan del plaguicida en el momento de la recolección cuando se utiliza en "buena práctica agrícola". Esto se determina por medio de ensayos de campo y, como consecuencia de ello, se obtiene un residuo real en cosecha, que debe ser inferior al nivel toxicológicamente permisible y que es el que se considera para el establecimiento de los LMRs.


Foto 5: Comprobación del caudal de las boquillas
Acciones para aminorar los residuos
Por parte de la Administración
  • Acción legislativa. Las Autoridades de los distintos países han promulgado LMRs para distintos plaguicidas en diferentes productos, e incluso en ocasiones han prohibido el uso de ciertos plaguicidas.
  • Estudios y experiencias. Es imprescindible, para actuar sobre este problema de forma racional y con conocimiento de causa, estudiar por medio de ensayos el comportamiento de los plaguicidas. En esta línea se trabaja, con el fin de conocer el comportamiento post-tratamiento y las curvas de degradación de los principales productos plaguicidas recomendados y utilizados en los cultivos más importantes y así poder dar orientaciones válidas a los agricultores.
  • Controles y análisis sistemáticos. La Administración, en su misión de velar por la Salud Pública, debe vigilar el cumplimiento de la normativa existente sobre residuos plaguicidas en los alimentos, realizando controles sistemáticos de los productos vegetales en los mercados o centrales de comercialización.
  • Por otro lado, las autoridades en cada país realizan controles y prospecciones para evitar la importación de productos que presenten residuos superiores a los LMRs fijados.
  • Acción divulgativa (charlas, publicaciones y avisos).
Normalmente se presentan problemas de residuos cuando:
  • Se aplican productos no autorizados sobre el cultivo.
  • Se sobrepasan las dosis recomendadas.
  • No se respeta el plazo de seguridad entre tratamiento y recolección.
En caso de tener dudas en esta cuestión, especialmente en productos de exportación en los que se desconoce la legislación del país importador al respecto, puede consultarse previamente al tratamiento o a la comercialización del producto, al Servicio de Protección de los Vegetales, donde se posee información al respecto. Así mismo, en caso de duda sobre el contenido en residuos de cualquier producto agrícola, previa a su comercialización, puede someterse a análisis a través de los Servicios correspondientes de la Consejería correspondiente.



Fotos 1, 2 y 3 del autor.
Fotos 4 y 5 del Departamento de Agricultura, Ganadería y Montes de la Diputación General de Aragón.


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