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por Juan Palomero Martínez
Una de mis actividades favoritas cuando estoy en Trébago es pasear, lo que procuro realizar siempre que puedo. Ir hasta El Juncar, hasta El Árbol Gordo, a Valmayor y la Ermita, al Vértice Geodésico, a Valdelagua, subir al Mojón Grande por el camino de La Fuente Marta, o... las posibilidades son casi infinitas.
Y casi nunca voy solo. Hay un perro en el pueblo que casi siempre me acompaña. Se llama Sultán, y creo que es amigo de todas las personas que por allí estamos.
Mucha gente me dice "siempre que voy a andar se viene conmigo". Y es cierto. Es un perro que conoce el término de Trébago de cabo a rabo, y lo ha recorrido acompañando a todas las personas.
Además, como no se puede estar quieto, cuando salimos de paseo él hace el recorrido 2 ó 3 veces, porque se adelanta, se vuelve, se retrasa, te alcanza de nuevo, se va por las fincas, se adentra en el monte, vuelve, se va, viene, vuelve, torna... es incansable.
Sultán es un perro cariñoso. Cuando me ve, agacha la cabeza en señal de sumisión y me levanta la pata para saludarme, o me salta y se pone tieso sobre sus patas traseras, apoyando en mí las delanteras.
Y respetuoso. Generalmente, no entra en casa. Se queda en la calle y, a veces, da con la pata en la puerta como diciendo ¿me dejas entrar un poco? Y si alguna vez entra, lo hace sólo un poquito, y se queda mirando como preguntando ¿me dejas pasar más? Y a la menor insinuación se sale sin rechistar.
Es un perro de alimentación variada. Como es amigo de todo el mundo, yo creo que se sabe los horarios de comida de todas las casas, y las va visitando según dicho horario, ayudando en cada casa a la eliminación de restos y completando el ciclo biológico de los alimentos. Así, todos los días cambia su régimen alimenticio, en función del menú que se haya elaborado en las distintas cocinas.
A veces pasea con Bus, otro perro, por las calles de Trébago. Son amigos, pero Bus, generalmente, no viene de paseo conmigo, aunque sí se va con otras personas. Por ejemplo, con mi hija Lara se van los dos, Bus y Sultán. Y juegan y se bañan en el río Manzano o en la Balsa, cuando tienen agua.
Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre. No sé si es cierto del todo, pero en el caso de Sultán parece confirmarse, y desde aquí quiero rendirle este pequeño homenaje por los buenos ratos que me hace pasar cuando salgo de paseo. ¡Gracias, Sultán!
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