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La Asociación de Amigos de Trébago: 15 años de andadura



por Berta Lázaro Martínez

El acta fundacional de la Asociación de Amigos de Trébago la firman 37 personas -los socios fundadores- que se dieron cita en el Teleclub al efecto de constituirla formalmente el 25 de agosto de 1994.

En esta reunión, precedida de otras, más informales, y muchos debates y cábalas en los paseos veraniegos de unos cuantos trebagüeses andarines e inquietos, se aprueban los Estatutos que recogen los objetivos de la citada Asociación y se adoptan los primeros acuerdos que permiten poner en marcha el ambicioso proyecto. La reunión la presidió Juan Palomero Martínez que será elegido presidente, cargo que ostenta hasta el día de la fecha. El 1 de septiembre de 1994 se presentó en el Gobierno Civil de Soria la documentación necesaria para que nuestra Asociación, con el número de registro provincial 687, quedara legalmente inscrita. Desde entonces y hasta el día de hoy - cuando cumplimos 15 años- la Asociación de Amigos de Trébago ha desplegado una intensa actividad en numerosos frentes y ha tenido una presencia constante y significativa en el devenir de nuestro pueblo.

El asociacionismo local, promovido por personas con estrecha vinculación a los pueblos pero que desarrollan su actividad profesional fuera de ellos, es un fenómeno relativamente nuevo que ha incidido de forma importante en la revitalización cultural de los núcleos rurales. Seguramente merece un estudio que se llevará a cabo tarde o temprano. En esta ocasión mi objetivo es menos ambicioso y, puesto que resumir en una crónica breve la andadura de tres lustros es una tarea imposible, ofreceré unas pinceladas a modo de recorrido, más sentimental que exhaustivo, por estos 15 años de historia.

La primera Junta Directiva de la Asociación estuvo formada por Juan Palomero (Presidente), José Lázaro (Vicepresidente), Nicolás Tutor (Tesorero), Conchita Romero (Secretaria) y Estela Córdoba y Basi Gil (Vocales). En la Asamblea general del 22 de agosto de 2000 se incorporaron a la Junta tres nuevos miembros: Sara Pérez, como Vicepresidenta en sustitución de Pepe, Pedro José García, como vocal por Basi y la que esto escribe que reemplazó a Conchita en el oficio de secretaria.

A la vista de esas dos fotos que muestran las dos juntas que han gestionado la Asociación no puedo dejar de hacer los siguientes comentarios: primero el reconocimiento a la labor de Juan, Nicolás y Estela por un trabajo ininterrumpido a lo largo de 15 años. Está claro que su implicación en un período de tiempo tan dilatado habla de auténtico compromiso. También hay que agradecer los servicios prestados a Basi y Conchita, que estuvieron en el inicio y en los primeros años de recorrido, y por último (me permitirán los lectores una referencia tan personal) quiero brindar un pequeño homenaje en estas líneas a Pepe, mi padre, por su trabajo y su vinculación personal en el proyecto. Participó desde el primer momento, y hasta que sus fuerzas se lo permitieron, en todo cuanto pudo en relación con la Asociación. Como curiosidad mencionaré aquí que no hace demasiados años encontré entre papeles y apuntes manuscritos -era aficionado a registrar y a anotar infinidad de cosas- una hoja de libreta con el siguiente texto en bolígrafo negro:

Marzo, 1º de 1965

Idea: Fundar una Asociación que se titularía Asociación Artístico-Cultural "Amigos de Trévago"

En otro papel con fecha 2 de marzo de 1965 se extendía un poco más sobre el mismo asunto: "... he hablado con D. Dámaso del asunto de constitución de la Asociación. Habría que solicitar asesoramiento y autorización de los organismos a que competan estas actividades. Hay que hacer algo en el pueblo que impulse y que aliente el deseo de progreso, de cultura y de sabiduría... que recoja y desarrolle las aspiraciones e inquietudes de nuestro pueblo y para bien del mismo".

Cuando leí esto por primera vez, miré dos veces la fecha para asegurarme de que no me confundía y comprobé que mi padre había previsto con una precisión asombrosa y con unos 30 años de adelanto, lo que se llevaría a cabo mucho después. Esto demuestra su capacidad de anticipación a los tiempos y que la Asociación estaba en su cabeza y en su corazón mucho antes de que se hiciera realidad. Seguramente en esa época no se daban las condiciones adecuadas para que pudiera consolidarse una iniciativa semejante y hubo que esperar a que esa idea renaciera y madurara unos cuantos años más tarde.

Todo el que esté implicado en un proyecto colectivo de esta naturaleza sabe del esfuerzo que requieren los más mínimos logros y que las tareas a llevar a cabo son de todo tipo. En los primeros tiempos numerosos viajes y gestiones para dar los primeros pasos en todos los frentes: presentar documentación, abrir las cuentas en los bancos, iniciar los contactos: cartas de presentación, escritos variados, buscar anunciantes y patrocinadores para nuestra revista; echar a andar en definitiva. Todas estas tareas fueron realizadas con ilusión y eficacia por esas personas que formaban el primer equipo. Desde el primer momento se trabajó por hacer realidad las ilusiones y proyectos. Se plantaron árboles, se arregló la fuente. A iniciativa de la Asociación, y en colaboración con el Ayuntamiento, se instaló la iluminación de la Iglesia y el Torreón. En diciembre de 1995 la portada de nuestra revista ofrecía una imagen nocturna inédita del conjunto perfectamente iluminado. Desde ese día cuando nos acercamos de noche a Trébago divisamos desde la carretera su perfil querido y familiar recortado en el cielo.

Ya en diciembre del año anterior, 1994, unos pocos meses después de la constitución de la Asociación, se consigue un objetivo importante. En esas Navidades se distribuye el primer número de nuestra revista La Voz de Trébago: 16 páginas repletas de ilusión y colaboraciones variadas. Esta publicación era una de las iniciativas más interesantes, y aunque en 1994 era una apuesta arriesgada, ya que se aventuraba lo difícil de su continuidad y supervivencia, hoy podemos afirmar que es uno de los éxitos rotundos de la Asociación. Estamos orgullosos de haber llegado a la revista nº 30, de haber recogido, a lo largo de estos treinta números la historia (con mayúscula y con minúscula) de Trébago. Imágenes, crónicas, cultura, información, fiestas, recuerdos, nostalgia, poesía, noticias. Todo ha cabido en nuestras páginas. Como se recogía en el acta de la anterior asamblea general, La Voz de Trébago es también una publicación que resulta del interés de muchos estudiosos de temas etnográficos, históricos y artísticos. Aparece citada en algunas publicaciones y libros y se nos ha solicitado una copia en papel de todos sus números por parte del Archivo Museo Etnográfico de Zamora dependiente de la Junta de Castilla y León. También hay que destacar la fidelidad de nuestros patrocinadores: son acreedores de nuestro agradecimiento y partícipes de nuestros logros.

En junio de 1995 el número de socios superaba el centenar. Uno de los objetivos de la Asociación era servir de nexo de unión e intercambio de ideas y experiencias, como decía Juan en el editorial del número 1, con los trebagüeses emigrantes y sus descendientes. Hoy muchos de nuestros socios residen en México, Argentina, Bolivia, Uruguay, además de Madrid, Barcelona, Bilbao, y otros muchos puntos de la geografía española. Estamos muy contentos de que esa gran familia que tiene sus raíces en Trébago esté un poco más unida y disponga de canales que nos acercan (nuestra revista, las actividades, la página en Internet) y consolidan los lazos afectivos con nuestro pueblo.

Con el paso de los años la generalización del uso de las nuevas tecnologías ha facilitado nuestra tarea en algunos sentidos y hoy en día nos resulta muy fácil distribuir la información, lanzar una convocatoria o divulgar una actividad. La página de la Asociación de Trébago apareció en Internet en marzo de 1999. Me consta que muchos amigos de Trébago de todas partes del mundo se asoman diariamente a ella y saben nada más iniciar su jornada si ha nevado en Trébago, si el Río Manzano lleva agua o si ha estado concurrido el pueblo en el fin de semana. No siempre ha sido tan sencillo todo lo relacionado con la comunicación y la imagen. Recuerdo que el verano de 1995 habíamos planeado proyectar alguna película en el frontón (Cine de verano, se llamaba la iniciativa). Para ello había que alquilar la cinta y el proyector de 35 mm. Las distribuidoras de este tipo de material tenían su sede más cercana en Madrid o Bilbao. Después de seleccionar la película en un catálogo había que discurrir la forma de transporte más adecuada para que llegara a nuestras manos, lo que generalmente suponía complicadas combinaciones. En esta ocasión, conseguimos que la película llegara a Logroño, donde también nos alquilaron un proyector. El alquiler del mismo se ofertaba por días, y el precio era -o nos parecía- considerable, de manera que para poder disfrutar de una sesión de cine en el frontón había que coordinar dos viajes a Logroño, para recoger y devolver el proyector en el plazo de veinticuatro horas, además de transportar los rollos de película y tramitar su devolución en el mismo tiempo. Y a veces, después de todo este sacrificio, la cinta (hasta que no se veía no había forma de saber el estado de la misma) se encontraba rayada, o rota o simplemente ¡hacía un frío que pelaba en la noche de agosto trebagüesa!

Como actividades que se recuerdan con un cariño especial están los dos homenajes que la Asociación ha tributado por su dedicación y trabajo a favor de nuestro pueblo a dos personas que ya no están entre nosotros. Me refiero a Dámaso Cabrerizo y a José Lázaro. En ambos casos fueron iniciativas compartidas con el Ayuntamiento de Trébago, y de los dos acontecimientos han quedado reseñas en nuestra revista. En el transcurso del primero, que tuvo lugar en mayo de 1996, se dedicó una calle a D. Dámaso, y en el segundo, en mayo de 1999, se nombró a Pepe Presidente de Honor de la Asociación. En este caso coincidió el homenaje con la reinauguración de Las Escuelas, del Salón social Las Escuelas y de la sede de la Asociación de Amigos de Trébago.

Como nuestra vocación y objetivos comprenden la defensa del patrimonio de Trébago en todas sus facetas, la Asociación, a lo largo de estos años, ha intervenido en otras cuestiones importantes para nuestro pueblo, más allá de la promoción cultural, en la línea de la defensa del medio ambiente y nuestro patrimonio natural y paisajístico. Hemos emprendido acciones judiciales y hemos mantenido una lucha tenaz en relación con la exigencia de todas las garantías legales para la instalación de industrias que perjudican las expectativas de un desarrollo sostenible. Hemos peleado ante la Confederación Hidrográfica del Ebro los límites del Río Manzano, hemos solicitado y conseguido ante la Junta de Castilla y León la puesta en valor del Torreón, y gracias a las gestiones que llevó a cabo la Asociación en su día y a la coincidencia de una serie de circunstancias, se evitó que una inmensa torre metálica de las que guían los cables de la línea de alta tensión se instalara encima de la Balsa, en el emblemático arranque del Camino de Valmayor.

En el año 2004 celebramos con gran ilusión nuestro décimo aniversario. Editamos marcalibros y postales conmemorativas, y aunque se llevaron a cabo algunas actividades en el verano, el plato fuerte de la celebración fue la actuación en la Iglesia de Trébago, el día 30 de octubre del citado año, de la Coral Polifónica de La Rioja. Un concierto magnífico y una actividad novedosa y de calidad que se complementó con una merienda en Las Escuelas a la que se invitó a todos los asistentes y al pueblo en general. De nuevo el frío otoñal de las noches sorianas de octubre se diluía con la calidez del encuentro de unas 150 personas en torno a la idea de colaboración y amistad.

El año 2006 se hizo realidad otra iniciativa de calado que pretendía reunir en nuestro pueblo en una jornada de convivencia a los trebagüeses ausentes. La Asociación se brindaba como anfitriona en la convocatoria que se hizo a través de nuestros canales habituales y que invitaba a visitar Trébago a todos aquéllos que se sintieran identificados con la misma. El I Día del Trebagüés ausente se celebró el 27 de mayo de 2006, y 120 personas vivieron un día emocionante que probablemente recordarán siempre. Como anécdota "sufrida" por los organizadores puedo contar que debido a la coincidencia de la fecha con las comuniones de la zona fue imposible encontrar un restaurante que nos sirviera la comida y hubo que recurrir a los chefs locales, que no se arrugaron ante el desafío, y nos ofrecieron un estupendo calderete que degustamos bajo la sombra del arbolado del Coto en un magnífico día de primavera. También el enorme despliegue de vajilla y cubiertos que tuvimos que hacer, ya que, al contrario que ocurre en otras comidas populares, los invitados no tenían casa. Me acuerdo de la exposición de cucharas, tenedores y cuchillos de distinta procedencia que tuve en la mía y del intercambio de cacharros entre unos y otros los días sucesivos hasta que todo fue regresando a sus dueños poco a poco. Dos años más tarde, el 31 de mayo de 2008 se celebró la segunda edición del Día del Trebagüés ausente y el éxito fue aún mayor, con la afluencia de 140 personas. Esta vez habíamos reservado la comida con varios meses de antelación, pero la dificultad vino en forma de diluvio universal. Como ya saben los lectores de La Voz de Trébago, hubo soluciones y creo que estos dos encuentros han dejado muy buen sabor de boca a todos los participantes.

No podían faltar los viajes. Casi todos los veranos de los primeros años y últimamente un poco más espaciadas, las excursiones organizadas por la Asociación han resultado interesantes y del agrado de los participantes. Hemos visitado Santo Domingo de Silos, Burgos, Atapuerca, Sigüenza, Medinaceli, Santa María de Huerta, La Rioja, San Sebastián, Sangüesa, Olite, Ujué, y Segovia, entre otros lugares.

No puedo dejar de destacar las XIV ediciones del Concurso fotográfico de Trébago. Año tras año, desde hace quince, los aficionados a la fotografía tenemos una cita en nuestro pueblo para capturar esa imagen que será premiada con una pequeña cantidad en metálico y el gran honor de ser portada de nuestra revista.

En los últimos tres años se han organizado un conjunto de actividades culturales que se realizan en agosto, con la finalidad de que sean disfrutadas por el mayor número posible de personas, y que se reúnen bajo el título de El verano cultural de Trébago. Generalmente se incluyen conferencias, exposiciones, excursiones, cine, el concurso fotográfico y alguna actividad dirigida a los niños. Si se revisan los programas de estas tres ediciones de nuestra propuesta cultural veraniega se encuentran posibilidades sorprendentes para un pueblo del tamaño de Trébago. Hemos contado con la presencia de Jesús Rubio, profesor de la Universidad de Zaragoza, experto en Bécquer, que nos habló de Bécquer y Soria, con Serafín Olcoz que nos ilustró sobre El idioma celtibérico y la estela de Trébago, con los arqueólogos Pilar Pascual y Pedro García que nos hablaron de Las canteras molineras en Trébago y nos guiaron en la excursión a la Peña del Mirón para identificar su emplazamiento. Se presentó el cuento Mi primer verano en Trébago, por su autor, el escritor Antonio de Benito. (Por cierto, que en la sede de la Asociación se dispone del citado cuento transcrito a braille, trabajo que fue realizado por la ONCE, en Bilbao, gracias a la iniciativa de una pequeña y sus padres, que se alojaron un fin de semana en una de las casas rurales de Trébago). Hemos disfrutado en exclusiva de la primera película que se rodó en Trébago, por Manuel Carrascosa Lázaro, allá por el año 1929 y de otras filmaciones y obras originales, como la película documental de Eduardo Laborda, Bayo Marín: trazos de aire del año 2005. ¡Incluso hemos visto las lunas de Júpiter desde la Ermita con ayuda de los expertos y los telescopios del Observatorio astronómico El Castillo de Borobia!

En los últimos años, hemos plantado muchos árboles y limpiado algunas zonas del entorno de Trébago en las sucesivas ediciones de la Fiesta de la Primavera, iniciativa del Ayuntamiento que cuenta con el apoyo de la Asociación. En ese día, y como colofón a la jornada de trabajo, los asistentes han asistido a la representación y en algunas ocasiones al estreno de obras de teatro por parte del colectivo riojano María de la O que ya forma parte "de oficio" de la programación del inicio de la primavera.

Me dejo muchas cosas sin reseñar que ahora, conforme escribo, me vienen a la cabeza con un poco de desorden: tuvimos el primer contenedor de vidrio de la Rinconada, los bancos que en la esquina de la Fuente invitan al descanso y a una charla amigable en cualquier época del año fueron adquiridos y donados al pueblo por la Asociación, y desde hace tiempo, el Año Nuevo se recibe en animada compañía en Las Escuelas.

Por último debo citar que en las Actas de la Asociación se recogen las donaciones con las que se ha contribuido a la mejora de instalaciones y servicios en Trébago, por ejemplo las 25.000 Ptas. que nos costó el armario del consultorio; las 100.000 Ptas. que se donaron para arreglo del tejado de las Iglesia; los bancos mencionados anteriormente, donados para mobiliario urbano; 820.000 Ptas. para la calefacción del salón social Las escuelas y 90.000 para el equipo de sonido (A cambio de estas últimas ayudas el Ayuntamiento nos cedió el local que actualmente es nuestra sede), el vídeo, televisión y algunas cosas más.

Qué duda cabe de que en todo este recorrido de 15 años de actividad habrá habido también olvidos, fallos, errores y cosas que se podrían haber hecho mejor. Con todo, el balance es muy positivo.

Si hace un par de décadas nos lo hubieran contado nos habría parecido un milagro. Pero como los milagros son bastante improbables habrá que concluir que aquí lo que hay es ilusión, empeño y trabajo colectivo. Todos estos logros no hubieran sido posible sin nuestro mejor activo: el capital humano. En primer lugar hay que reconocer el papel de los socios, que aportan su cuota, no muy elevada, pero imprescindible. Después, los colaboradores más directos, voluntarios, amigos y amigos de amigos, que están siempre al pie del cañón en cada acontecimiento, en cada actividad. Haciendo de todo. No he mencionado ningún nombre (premeditadamente, para no olvidarme de nadie) con excepción de los miembros de las Juntas Directivas, que han sido citados en su papel institucional. Cualquiera se puede imaginar que detrás de todo esto hay muchas cabezas, muchos rostros amigos y muchas manos. Para todos nosotros este proyecto colectivo es hermoso porque además de la satisfacción enorme que produce el trabajo desinteresado por una buena causa nos vemos recompensados con colaboración y amistad.

Aunque la efemérides merece una mirada amable al recorrido realizado no debiéramos caer en una excesiva autocomplacencia. El futuro de la Asociación estará garantizado si hay personas comprometidas que den continuidad al proyecto iniciado y consolidado. Hace falta gente que lidere el trabajo, que canalice el capital humano y administre y anime muchos deseos individuales de mejorar y trabajar por nuestro pueblo.

Muchas gracias a todos.

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