por María del Carmen Sandigali Tutor
Si bien en anteriores oportunidades me he referido a cómo los distintos caminos del Destino (o como prefiera llamarse) me han llevado a Soria, no dejo de sorprenderme cuando me entero de los lazos que todos los días me unen con la tierra de mis orígenes.
Déjenme primero hablarles de Cuchilla Alta, un lugar de veraneo sobre la costa uruguaya, a mitad de camino exacto entre Montevideo y Punta del Este. Ahora es uno de los mejores balnearios de la zona, pero allá en la década del 50, cuando lo conocimos, era sólo un pueblito con playa. Mi padre decía que era una locura comprar un terreno allí, sobre todo para nosotros que no teníamos auto, y para llegar se necesitaban casi tres horas de ómnibus. Mi madre, hija del trebagüés Gervasio Tutor, insistió tanto que finalmente la compra se hizo y construimos nuestra primera casita, a unas pocas cuadras del mar. Hoy puedo decir que nunca hubo una decisión tan bien tomada!
Desde el año 1959 en adelante, todos los veranos los pasamos allí, tanto en vida de mis padres, como cuando fueron llegando mis hijos, y esperemos que también lo hagan mis futuros nietos (tema bastante demorado, por cierto...).
Retomando el relato, les cuento que Cuchilla Alta es para mí el cable a tierra que todos los fines de semana me hacen olvidar de la oficina, el teléfono, el tránsito y todo lo que atormenta nuestro quehacer cotidiano de la capital.
No podría concebir mi vida sin ella, y siempre agradeceré a quien la puso en mi camino. Lejos estaba yo de imaginarme lo ligado que estaba el desarrollo de ese paraíso terrenal con Soria. Pero, como dice la canción: "La Vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...".
Suele suceder que no prestemos demasiada atención a aquellas cosas que vemos todos los días, y algo así me sucedió con uno de los puntos turísticos de Cuchilla Alta, a pesar de las infinitas veces que pasé delante de ella: la Fuente de la Llorona. Formó parte de los juegos de mi niñez, pero nunca me había detenido a leer el cartel que hace unos años colocó allí la Asociación de Vecinos, referente a su historia.
|
|
|
Dio la casualidad que un día, mi hija Paula acompañó a su novio y actual esposo, Nicolás, a conocerla, y llegó con la noticia a casa.
Inmediatamente me fui hasta allí, y como si fuera la primera vez que la veía, me puse a leer la placa que la acompañaba:
"Construida en1934 por Don Sixto Calavia, pionero en el desarrollo de Cuchilla Alta.
Don Sixto Calavia nació el 6 de agosto de 1881 en Fuentes de Ágreda, Provincia de Soria, España.
Llegó al Uruguay en 1909 a la edad de 28 años y se estableció en el Balneario en 1933, habiendo llegado a él para construir sus primeras entradas, que debieron hacerse con palos de eucaliptos por no existir en la época el balastro.
En recuerdo de su querido pueblo natal, inspirado en la Virgen de los Milagros, fuente similar que se halla a 8 Km de la ciudad de Ágreda.
Don Sixto Calavia buscó la vertiente que surte de agua a la presente construcción y con sus propias manos dio forma a la imagen y a su entorno.
El predio fue cedido por otros pioneros, los hermanos Pons. Durante las primeras épocas se aprovisionaron aquí de agua los balnearios de Cuchilla Alta y Santa Ana.
El lugar fue reacondicionado en Febrero de 1997 por la Comisión Vecinal de Cuchilla Alta en un esfuerzo por rescatar la memoria histórica del Balneario en homenaje a Don Sixto Calavia y los primeros pobladores".
Eso significaba que la fuente originaria estaba en Soria, España, a unos pocos kilómetros de Trébago, el pueblito donde había nacido mi abuelo en 1890.
Estos orígenes sorianos de mi familia que recién descubrí hace unos pocos años, me llevaron en el 2006 a un periplo a mis raíces. En esa oportunidad, visité Fuentes de Ágreda para ver la fuente que Calavia trajo grabada en su memoria y que le inspiró para construir La Llorona.
Muy probablemente esos pueblos sorianos fueran similares en cuanto a condiciones de vida en aquellos años de fines del Siglo XIX, y Don Sixto y mi abuelo habrán sido paisanos llegados a esta tierra extraña en busca de un futuro mejor, proceso inverso al que se está dando e nuestros días.
Acompaño este relato con las fotos sacadas en esa oportunidad, donde pueden claramente apreciarse las semejanzas entre nuestra Llorona, y su inspiración, la Fuente de la Virgen de los Milagros, de Soria.
sandimon@adinet.com.uy
[anterior]
[sumario]
[siguiente]
|