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II Día del trebagüés ausente



El sábado 31 de mayo se celebró en Trébago, la Segunda edición del Día del trebagüés ausente.

La lluvia constante no impidió que 140 personas nos reuniéramos en el pueblo.

El acto comenzó con una recepción a las 12 de la mañana en la Iglesia del pueblo y unas palabras de saludo del cura párroco, D. Alfonso García Bermejo y su ofrecimiento para ayudar a todos en lo que sea necesario.

Posteriormente, el presidente de la Asociación de Amigos de Trébago, Juan Palomero, dio la bienvenida a los asistentes con estas palabras:

Buenos días, amigos de Trébago, y bienvenidos al pueblo que lleváis en el corazón y que aunque sólo de vez en cuando visitéis estoy seguro de que no olvidáis.

La Asociación de Amigos de Trébago ha organizado este evento con la ilusión de que sea un día entrañable para todos. Queremos que los que nacisteis o vivisteis en este rincón recordéis aquellas vivencias y que los que no tuvisteis ese privilegio comprobéis que lo que os contaron vuestros familiares es cierto, que Trébago tiene algo, un sello, unas vibraciones y una atracción mágica difícil de olvidar.

Seguro que sin esfuerzo se agolpan en vuestra mente gratos recuerdo de aquellos días que pasasteis aquí o que vuestros mayores os contaron veces y veces.


Tengo que confesar que yo no nací aquí, soy de Logroño, pero tuve la suerte de pasar muchas temporadas en Jalón de Cameros, un pueblo de La Rioja, del Camero Viejo y conservo vivencias muy parecidas a las vuestras. Allí conocí lo que era la matanza, la siega, el acarreo, la trilla con machos y la llegada de la trilladora, el pastoreo, la dula...

Hace ya 40 años que vine por primera vez a Trébago, aquí me case con Conchita "la del Roberto", aquí se casó mi hija Amaya, aquí se han bautizado mis nietos Daniel y Alba, vengo con toda la frecuencia que puedo y, aunque no renuncio a mi origen, me considero trebagüés de adopción. Aún recuerdo que cuando volvimos del viaje de novios estuvimos trabajando en la era, porque no había terminado la trilla.

Cuando vine a Trébago por primera vez todavía no había agua corriente en las casas y las mozas iban a la fuente a buscarla, momento que aprovechaban los mozos para verlas (entonces "se ligaba" de otra manera).

Me han contado que algunas mujeres, como la tía Sofía y la tía Mercedes, eran capaces de llevar un cántaro en la cabeza, otro en el costado y el botijo en la otra mano. Todavía se lavaba en el lavadero y se enjabonaba la ropa y se tendía al sol para que blanqueara.

Era cuando a los chicos se les caía la colilla si lavaban, porque aquello era sólo cosa de chicas que por cierto aprovechaban mientras lavaban algún trapillo a escuchar las conversaciones tan interesantes que tenían las mayores. Por el río Manzano corría el agua todo el año y allí, como era costumbre, lavamos las tripas del cerdo de la primera matanza a la que yo acudí.

Tengo que deciros que a pesar de que cuando yo me casé se exigía el pago "del piso" por venir a llevarse una moza del pueblo, yo no lo pagué, no porque me negara a ello sino porque no me lo pidieron. Sí me tocó pagar "el rescate" el día de la boda, pero ahora esas costumbres ya han desaparecido.

Yo no bailé en la placeta del tío Félix aquellas tardes de domingo hasta que venían las cabras, ni tampoco en el salón del tío Andrés, donde ponía los discos en la gramola su hija Pilar.

Llegué a comprar en la tienda de la Isabel pero no conocí el café del Primín, ni el bar de María la del Chan y que luego atendió la Quisca.

Conocí a la tía Felicia y al tío Carmelo cuando ya no tenían la carnicería en la plaza. Pero sí compré en la carnicería de Antonino y supe que también existió la de la tía Veneranda. Cuando venía los primeros años, aún me arregló algún zapato el tío Segundo, pero ya no arreglaban zapatos ni el tío Mariano ni el Ropa.

He oído hablar muchas veces de la tía Mercedes y el tío Nicasio a los que seguimos recordando en casa con frecuencia porque ahora disfrutamos de aquel sitio donde ellos pasaron toda su vida. Me han hablado del tío Felipe y del tío Demetrio, que soltaban las cabras a toque de caracola por la mañana y que cuando volvían por la tarde marcaban la hora para que los mozos y las mozas se recogieran los días de fiesta. De la tía Estefanía y de las familias de Peralta, que siempre que tienen ocasión vienen todos como una piña a pasar un día por Trébago.

He sabido que por los años 40 el tío Elías hacía las bastas para los machos del pueblo y que había una larga lista de oficios que Santiago Lázaro ha tenido a bien recordarnos en los últimos números de La Voz de Trébago.

Oí contar a mi suegro mil y una historia de los arrieros, de los que vendían aceite por tierras de San Pedro a cambio de huevos que luego llevaban a vender hasta la provincia de Zaragoza, de los que como él y su primo Gumersindo que compraban vinagre y vino rancio en Corella y lo llevaban a vender hasta casi la provincia de Guadalajara y aprovechando la vuelta cargaban sal, puertas y ventanas que luego vendían por la rinconada. Eso sí, me aclaraba que siempre todos respetaban religiosamente las rutas de los demás.

Sé que podíais comprar en la tienda del Sr. Agustín, de la tía Nicolasa, o de la Barrena. Que el Sr. Agustín vendía colonia, polvos para la cara, botones, hilos, arroz ... y que más de una chiquilla esperaba ilusionada que le regalara una caja de botones vacía (yo las he conocido de esas que se levantaba media tapa y se cerraba con una gomita), que podía servir de cuna para el muñeco de trapo que se podía confeccionar con un trozo de tela vieja, o para guardar las tabas, o los tesoros que suponía encontrar un trozo de plato roto o un cristal de color.

Me contaron que la Barrena, además de la tienda con todo tipo de mercancía, tenía bar y que allí paraba el coche de línea que todos los chiquillos iban a esperar cada tarde cuando salían de la escuela después de recoger en casa la merienda. Las chicas controlaban quién venía, qué traía... y los chicos disfrutaban colgándose de la escalerilla del coche para bajarse rápido en la cuesta de Fuentestrún. Esta costumbre de ir a esperar el coche de línea también existía en Jalón, y allí acudíamos puntualmente toda la chavalería todas las tardes a comernos la merienda mientras llegaba el autobús.

Conocí la Central de teléfonos, en lo que hoy es la Casa Rural del Maestro, que la atendía Pura "la del Benito". Y me recordaba que también en Jalón, en casa de mis tíos, pusieron la centralita y el teléfono público para el pueblo, el único que existía, con un aparato de manivela para comunicarse con las otras centralitas. He de reconocer que en eso aquí estabais más adelantados. Cuando quería hablar con Conchita pedía a la operadora "conferencia con el 6 de Trébago".

Otra actividad que me gustaba de chaval en Jalón era ir con mi tío a darle cuerda al reloj de la Iglesia. Me encantaba darle vueltas a una manivela y ver cómo subían unas piedras grandes, atadas con cuerdas, que hacían que al descender funcionara la maquinaria. Cuando vine a Trébago supe que también en su Iglesia hubo un reloj similar, aunque yo ya no lo llegué a conocer.

También he conocido la foto de las bodas de plata de Tomás y María (los Purríos), del año1917, que tenían uno de los primeros supermercados de la época donde el tío Purrío abastecía a toda la zona, y me han contado que la Plaza del Comercio muchos días estaba llena de las caballerías de gente que venía de todos los pueblos de alrededor a comprar, desde un hilo hasta unas alpargatas, aceite, telas o un apero para el campo.

He leído el edicto que Santiago Lázaro Carrascosa dio siendo alcalde el año 1880 para crear la escuela de adultos y así de 7 a 9 de la tarde pudieran aprender todos aquéllos que durante el día iban de pastores, al campo o a cualquiera de las mil tareas que en aquellos años hacían casi desde que les salían los dientes.

Conozco la historia que nos contó José Lázaro Carrascosa en la voz de Trébago de D. Ángel Martínez Las Heras (el tío Purrío viejo), alcalde ecologista que allá por el año 1873 tuvo la feliz idea de plantar los chopos que hoy nos dan sombra desde la fuente del pueblo hasta Valmayor.

Sé que las chicas jugabais al calderón, a amontonar hojas en otoño, a las tabas, a la pita y a las cartetas, mientras los chicos lo hacían a la pelota, la tanguilla, o al brinca la mula y que unos y otros echabais carreras para ver quién llegaba antes al árbol gordo del río.

Y sobre todo sé que, desde sus inicios, este pueblo tuvo hombres y mujeres con arranque y entusiasmo que desde una vida sencilla y abnegada dieron el impulso para que hoy las cosas sean así, y aquellas experiencias nos enseñaran a valorar la vida, apreciar nuestro pueblo y reconocer lo mucho que recibimos de él y de sus antepasados.

Que disfrutemos todos de un día feliz.


AVISOS:

- Ahora podréis visitar el Torreón, subir al campanario, visitar las Casas Rurales, el Consultorio, el Ayuntamiento, el Cementerio, pasear por las calles y, sobre todo, hablar.

- Podéis tomar el aperitivo en el Salón Social Las Escuelas.

- Y a las 2 y media, a comer. Si el tiempo deja, en el Coto, y si no, en la cochera de "la Modesta", a quien desde aquí agradecemos que nos la deje usar para este evento.

- Después de comer podremos visitar la Exposición que sobre la energía hay instalada en "el Corral de las cabras".

- Se proyectará, también, una película de Trébago en 1929, realizada por D. Manuel Carrascosa, que nos ha hecho llegar desde Buenos Aires su hijo Manolo, y a quien también desde aquí agradecemos su colaboración.

¡A disfrutar!

Después, el alcalde también saludó a todos los presentes y se alegró de la asistencia masiva de personas que se fueron y ahora vuelven a sus raíces, o descendientes de aquéllos que quieren conocer sus orígenes.
Por último, se rezó una Salve a la Virgen del Río Manzano y empezó el recorrido por el pueblo.
Después de tomar el vermut en Las Escuelas, a las dos y media nos reunimos todos a comer en la cochera de Modesta. En la sobremesa se proyectó la película que sobre Trébago y otros puntos de España nos hizo llegar D. Manuel Carrascosa, desde Buenos Aires, filmada por su padre en 1929, que hizo las delicias de todos los asistentes.
También se aprovechó para sortear, entre los que no tienen casa en Trébago, dos invitaciones para pasar una noche dos personas en una habitación de la Casa Rural Valmayor, así como varios libros de Mi primer verano en Trébago.
Como colofón, muchos visitaron también la exposición sobre la energía. Otros muchos por la mañana subieron al Torreón. Y como decían muchos de los asistentes, ¡esto hay que repetirlo...!

La persona de más edad que acudió a la reunión fue Alejandro Casado, de 89 años, residente en Peralta (Navarra), hijo de la tía Bárbara, que acudió con sus hermanos y sus hijas.
La más joven fue Alba White Palomero, de cuatro meses y medio, nieta del presidente de la Asociación.

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Crónica de una celebración


por Concepción Delgado Escribano


Comienza el 2008, la Asociación de Amigos de Trébago prepara las actividades del año, y como prioritaria la celebración de la 2ª Jornada del Encuentro del Trebagüés Ausente. Las neuronas entran inmediatamente en funcionamiento, primero hay que lanzar la noticia en www.trebago.com para darlo a conocer y comenzar los contactos para dinamizar en todo lo posible el proyecto.

Mientras, los trebagüeses ausentes van recibiendo la noticia, y la llamita que les une a Trébago empieza a avivarse, y contactan con sus familiares que viven aquí y allá para ver si participan en la celebración.

Las familias se han ido movilizando. Los descendientes de las tía Mercedes y el tío Nicasio, de la tía Felicia y el tío Carmelo. Los hijos de la tía Bárbara con sus familiares, los del tío José, los del tío Elías, los Carrascosa de Andorra y de la Rioja, los del tío Felipe y la tía Estefanía... y así un montón más, todos con la ilusión de revivir situaciones, de conocer el pueblo de los abuelos o de los bisabuelos que desde el cielo seguro que también participarán de esta celebración.

El día se acerca y los organizadores cuentan y recuentan los inscritos para que la planificación de las actividades resulte perfecta, con especial atención al número de comensales.

Con una semana de antelación, y previendo que el tiempo que nos acompaña esta primavera no nos dejará comer en el Coto como lo hicimos en la celebración del primer encuentro, un grupo limpia la cochera que nos deja Modesta, a la que desde estas líneas agradecemos su inestimable colaboración, y así, si es preciso, dispondremos de comedor.

Por fin llega el 31 de mayo y el momento del encuentro en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que una vez más nos acoge a todos. D. Alfonso García, el párroco, Juan Palomero, presidente de la Asociación y Antonio Alonso, alcalde de Trébago, dan la bienvenida, y después de cantar la Salve Regina comienzan los saludos y las indagaciones de "tú, ¿de quién eres?" y las emociones del reencuentro. Afuera diluvia, pero eso no impide la subida al torreón , al campanario, la visita a las Casas Rurales, a las casas donde muchos nacieron, a la escuela donde muchos aprendimos las primeras letras, a la sede de la Asociación, donde pudieron sentarse en el mismo pupitre, al lado de la bola del mundo y delante de aquél mapa en el que pone "Castilla la Vieja"...

Después, Jesús Lou, Auxiliar de Servios Múltiples del Ayuntamiento, hoy ya trebagüés, nos recibirá con una sonrisa, y con la amabilidad que le caracteriza nos servirá un vermú y seguiremos saludando, sorprendidos del encuentro de nuestro quinto, del que compartió pupitre y tintero en la escuela, de nuestra compañera del juego de las tabas, de la pita o del contrincante en la calva.

De allí pasamos al magnífico comedor en el que se ha convertido la cochera de Modesta, donde no faltan las flores en las mesas ni las yedras adornando las paredes. Fuimos 140 personas las que compartimos una paella estupenda y sobre todo una tertulia animada y entrañable. Fue una pena que Alejandro Casado, el hijo de la tía Bárbara, que a sus 89 años [el de mayor edad de la reunión] no quiso faltar a la cita, sufriera una pequeña indisposición que aunque de primeras nos alarmó, afortunadamente ha superado sin problemas. Esperamos que el próximo encuentro puedan acompañarnos tanto él como sus hermanos, así como Isidro Martínez y Santiago Lázaro, quintos de Anselmo Casado, las personas de mayor edad de la reunión.

A los postres hubo sorteo de cuentos de "Mi primer verano en Trébago" y bonos ofrecidos por Javi y Vicente para pernoctar en la Casa Rural Valmayor que han puesto con tanta ilusión. Los agraciados seguro que disfrutarán de esa noche en Trébago.

Desde Argentina, Manuel Carrascosa nos envió una película que su padre filmó en el año 1929 y que recoge escenas de Trébago y de distintas ciudades de España. Muchas gracias por ello.

Durante toda la jornada, Anselmo Jiménez no dejó de filmar el evento y después Jesús Lou recopiló los momentos más significativos en un video de casi siete minutos de duración que está "colgado" en Internet y puede verse en esta dirección. (También puede accederse a través de la sección de noticias).

En resumen, fue un día excelente que sobretodo avivó el amor a Trébago, la amistad entre los asistentes y despertó la ilusión de volver a las raíces y de apreciar eso que no sabemos qué es pero que nos identifica con nuestro pueblo y nos une a los que lo hicieron posible.

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Agradecimiento

por Juan Ramón Jiménez Pérez


Con estas breves líneas quisiera, en primer lugar, agradecer a la Asociación de Amigos de Trévago su dedicación, constancia y buen hacer en la organización de las actividades que viene realizando y que dirige a todos los habitantes, descendientes y amigos de Trévago.

A través de estas actividades, la Asociación está consiguiendo, a mi juicio, un reforzamiento de los vínculos sentimentales y de pertenencia a un colectivo común, que sin su aportación, podríamos olvidar con facilidad. Ése es uno más de los peligros que nos trae la vida moderna. Por ello, el mejor conocimiento de los modos de vida y peculiaridades del Trévago de finales del s. XIX y XX, habitado por nuestros antepasados más cercanos, contribuye eficazmente a asentar nuestros orígenes y señas de identidad.

Además de este repaso al pasado que periódicamente aparece recogido en la Revista que publica la Asociación, otras de sus actividades tienen mayor horizonte temporal. La información facilitada a través de la página web, la organización de charlas y conferencias, viajes, campamentos y más recientemente las II Jornadas del Trevagüés Ausente, dan testimonio de ello. Estas iniciativas van dirigidas a motivar y dinamizar a todos aquéllos relacionados de una u otra manera con Trévago.

Trévago vive. Trévago existe. Trévago es no sólo el que llevamos en nuestros recuerdos y corazones, sino el de hoy y el de mañana. El que los miembros de la Asociación y del Ayuntamiento, de forma totalmente desinteresada, están haciendo día a día, con ilusión, espíritu emprendedor y con esa riqueza cultural e intelectual que siempre ha caracterizado a las gentes de este pueblo.

Gracias a ellos, gracias a su inquietud, unos 150 descendientes de Trévago tuvimos la oportunidad de participar en la II Jornada del Trevagüés ausente, de volver a ver caras que no habíamos visto desde hace muchos años y de recorrer un pueblo con la nostalgia y emoción que dan los años y recuerdos pasados y la satisfacción que da escuchar la existencia de nuevos proyectos para el Trévago del futuro.

No tengo duda de que todos los que pasamos ese día en Trévago guardamos un recuerdo imborrable. Y eso que el tiempo no acompañó en absoluto. Estuvo todo el día lloviendo sin parar. Así estaban de verdes y bonitos los campos de cereal. Disfruté muchísimo escuchando al Cura y a Juan Palomero desgranar toda una serie de acontecimientos, vivencias y anécdotas que han caracterizado la vida de Trévago durante el último siglo.

Es como si nos contaran una película que habíamos visto hace muchos años y de la que recordábamos casi todas las escenas. Me encantó ver de nuevo el interior de la Iglesia, con su magnífico retablo y en la que, hace ya más de cuarenta años, asistía los domingos a la misa oficiada por Don Félix y veía bailar a la Virgen en fiestas, sentado en el peldaño de acceso al Altar.

A continuación, tuvimos la oportunidad de ascender al Torreón anexo a la Iglesia. Cómo luce Trévago situado sobre la loma desde la que se contemplan unas vistas sobre La Rinconada, Sierra del Madero y Moncayo espectaculares.

Más tarde y antes de comer, visitamos el edificio de las Escuelas, hoy reconvertidas en el bar del pueblo y en la sede de la Asociación. Ésas fueron mis primeras escuelas. Yo nací y vivía en Pamplona, pero, con cuatro años, en el año 1961, estuve viviendo en Trévago en casa de mis abuelos y asistiendo a las mismas, desde el inicio del curso hasta finales de octubre, una vez que mi madre dio a luz a mi hermana Mercedes.

Todavía guardo recuerdos de aquella época.

Por la tarde, después de una agradable comida y sobremesa, con película de la época y sorteo de regalos incluido, visitamos, acompañados de Conchita y Juan, a su madre Isidora, vecina y buena amiga de mis abuelos Mercedes y Nicasio. Obviamente no me reconoció, pero sí recordaba a un niño pequeño "que pasaba temporadas" en casa de la abuela.

Me quedé gratamente impresionado cuando, después, visitamos las casas rurales que se han abierto en el pueblo. Además de que la idea me pareció magnífica (ya conocía de su existencia a través de la revista), el interiorismo y la decoración de sus habitaciones invitan a pasar en una de ellas unos días de vacaciones. Espero ser, no muy tarde, uno de sus próximos inquilinos.

Finalizamos la tarde en casa de Luz, prima y amiga de mi madre Dolores. Allí, en compañía de Nuria y Anselmo, Mariona y su familia, que vinieron expresamente de Andorra, Iris y Berta Lázaro, disfrutamos una vez más de los conocimientos y agradable conversación de Santiago Lázaro. A su hermano José Lázaro, personas ambas de reconocida y acreditada inquietud cultural, le debo el enorme favor de hacerme socio de la Asociación en una de mis últimas visitas a su casa.

Muchas gracias a la Asociación por esta iniciativa que nos permitió pasar un día entrañable con todos vosotros.

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Familia de José Casado y Bárbara Martínez


por Rosa Mª Casado Martínez


Al hilo de la celebración del día del trebagüés ausente, quiero hacer aquí una pequeña referencia a la familia de José Casado y Bárbara Martínez, aportando esta fotografía en la que aparece gran parte de sus hijos y familia, en un día de romería en la ermita.
De los siete hijos que tuvieron, cuatro emigraron a Peralta y uno a Tarazona. Los otros dos quedaron pronto en el camino.
La niña pequeña soy yo, que entonces tenía dos años.Tengo muchos y muy buenos recuerdos de mis visitas a Trévago durante mi infancia, viajes que en alguna ocasión mi padre me llevaba en bicicleta.
Recuerdo el frío y las grandes nevadas en invierno, las tertulias en casa de mi abuela, de las mujeres que se reunían a rezar el rosario y que yo, con cuatro años, pasaba las cuentas. La fiesta que se hacía en la matanza, las mujeres en el lavadero... el tiempo en el que acudí a la escuela y que este año tuve ocasión de sentarme en un pupitre de aquéllos que con tanto cuidado y esmero habéis conservado.
Hoy, de todos los que están en la fotografía, sólo quedan tres hermanos: Alejandro, Anselmo y José, que este año tuvieron la ocasión de recordar sus muchas vivencias en su pueblo en el día del trevagüés ausente, que junto con sus familias tuvimos el gusto de compartir.
Quiero aquí dar las gracias a todas las personas que nos ayudaron en el percance que sufrimos con mi padre, de un modo especial a la enfermera que puso tanto empeño, y a Juan Largo y a Conchita Delgado, que nos llevaron a sus casas.
Por último, quiero animar a la organización para que esta fiesta tan entrañable se siga celebrando, en la que nosotros siempre seguiremos participando.
Rosa Mª Casado

Las personas que aparecen en la fotografía, que tengo reconocidas, son:

1. Rosa Mª Casado
2. Antonia Turrilla (señora de Alejandro)
3. Alejandro Casado
4.
5. Alejandra Casado
6. Agapita Casado
7. Serafín Martínez
8. Felipe Martínez
9. Anselmo Casado
10. Benigno Delgado
11. Antonio Burdaspar (marido de Alejandra)
12.
13. Ignacio Muro (marido de Agapita)
14. José Casado
15.
16. Paco Martínez
17.
18.
19.
20.



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En el libro de firmas de la Asociación en Internet pueden verse algunas opiniones más sobre el evento.



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